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De aperitivo, un plato fuerte

  • Telón arriba El Sevilla debuta en el campo de minas de Mestalla con el objetivo de empezar demostrando que sigue siendo el campeón de los otros Inconveniente El estado del césped inquieta a todos y condiciona el partido de la jornada

De golpe y porrazo, un Valencia-Sevilla. El sorteo del calendario dictaminó allá por julio que lo que se ha convertido en un clásico de las alturas de la Liga, un verdadero choque de titanes que aspiran a buscarles las cosquillas a los dos que mandan en el Olimpo del fútbol español, sea el aperitivo en la esperada subida del telón. Se trata de un plato fuerte, con condimentos para una larga digestión que se hará aún más lenta según quién y cómo doble la rodilla hoy por ese desajuste con el calendario internacional que interrumpe el inicio liguero después de tanta espera. Si es que alguien dobla la rodilla, porque el césped condicionará muchísimo un duelo que, a priori, merece el calificativo de partido de la jornada.

Hasta pintura verde sobre las calvas arenosas han tenido que verter los operarios de Mestalla para que el terreno de juego asemeje algo que merezca tal denominación. El largo y cálido verano ha hecho estragos en el campo del Valencia, que desde hoy mismo comenzará a levantar el césped para replantar nuevos tepes. Es decir, que no se prevé un juego excesivamente vistoso debido al estado del piso. Más aún viendo cómo se miran de reojo Valencia y Sevilla de unos años acá, cuando han cruzado sus destinos en la pugna por hacerse un hueco en la aristocracia del fútbol hispano. Habrá que ver si la táctica y la fuerza cobra o no preeminencia sobre el toque y el talento, que lo habrá a espuertas en ambos lados.

Así pues, Mestalla, habitual campo de minas por la forma en que se emplea allí el propietario del estadio y por otros factores externos, como el pésimo arbitraje de Bernardino González Vázquez en la campaña pasada, será literalmente un terreno más que complicado. Pero los botes irregulares del balón afectan a los dos contendientes y de ahí que ambos técnicos hayan lamentado su estado.

Hoy pita Rubinos Pérez y no González Vázquez, un colegiado que se agarra a la Primera División de verdadero milagro, vistos sus desmanes y sus excesos tarjeteros. Y el madrileño no se le da mal al Sevilla.

Pero todos éstos no dejan de ser factores circunstanciales. La esencia de este plato fuerte que llega como anticipo de una campaña que ha despertado tanta ilusión es que el Sevilla, el tercer clasificado de la pasada Liga, quiere empezar el nuevo torneo demostrando que lo sigue siendo, que está dispuesto a defender esa atalaya de privilegio que significó ser el campeón de los otros. Y para ello, Manuel Jiménez se ha llevado a Valencia a toda su artillería, la pesada y la ligera, a excepción de Adriano y Renato, ambos por lesión.

La baja del primero, sobre todo, es un pequeño inconveniente a la vista de que el polivalente futbolista de Curitiba estaba en un gran estado de forma antes de sufrir esas inoportunas molestias musculares. Un jugador capaz de romper la dinámica de un partido que se prevé cerrado con sus rupturas.

Pero, dejando a un lado la ausencia de los dos brasileños, la expedición sevillista que arribó a Valencia ayer sobre las siete de la tarde está cargada de nombres con mucho peso específico. De entrada, Negredo acompañó como recambio de lujo a esa pareja que forman Kanoute y Luis Fabiano y que estando ambos en buen estado son los abanderados de este Sevilla. Va también Jesús Navas, después de perderse buena parte de la pretemporada por un esguince de tobillo, y parece que a punto para jugar. Apunta a la titularidad por delante de Capel o Perotti, que se disputarán el flanco izquierdo del ataque, con más papeletas para el argentino, que se ha ganado por derecho un sitio preeminente en este equipo. Y también viaja Kone, que está deseoso de comenzar a demostrar por qué llegó al Sevilla.

Romaric y Zokora, que se han acoplado muy bien en las escasas pruebas que han podido compartir, formarán casi con toda seguridad la pareja de medios centro, con la idea de presionar en campo del contrario para recuperar rápido la pelota y conectar con el potente ataque. Y atrás, la única sorpresa es la ausencia de Sergio Sánchez en la convocatoria. Jiménez parece empeñado en demostrar que el técnico siempre tiene razones ocultas que se escapan a los no iniciados. Y una de esas razones ocultas puede ser el bache anímico y físico que supuso en la adaptación del ex espanyolista la pérdida de su ex compañero Jarque.

Sea como fuere, ante un Valencia con bajas importantes como las de Baraja y Manuel Fernandes pero con la siempre inquietante línea que conforman Silva, Villa y Mata, más Pablo o Joaquín por la derecha, el Sevilla plantará sus reales esta tarde en el campo con la idea de demostrar que sí, que es el tercero de la Liga. Con el fichaje de Negredo, hasta la inversión ha sido la tercera de España, lejos de los dos colosos, eso sí. Se alza el telón y ha llegado la hora de demostrar, aunque sea en un patatal, si el Sevilla está dispuesto a responder a los mensajes de ambición y a las elevadas expectativas creadas.

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