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A balón vivo, Betis aún más vivo

Salió un Betis de corte ochentero, que recordó al que vistió aquella ajustada equipación de Meybacon calzón verde, en lugar de negro, en determinados partidos como visitante. Pero la velocidad de su motor distó ayer mucho de la de aquellos rústicos utilitarios que entonces poblaban las carreteras españolas. Todo lo contrario. En el Betis actual ruge un motor de muchos caballos, que le hace jugar como un rayo si disfruta del escenario idóneo. Y el de ayer resultó perfecto: un campo mojado, un balón que corría y corría, que salía escupido como un diablo tras el bote, y enfrente, un rival, el Granada, que salió preso de la ansiedad. Aguantó el empuje inicial de los nazaríes el equipo de Mel, que aguardó su oportunidad. Pertrechado bajo un 4-4-2 asimétrico, con Igiebor huyendo de la cal en la izquierda y un centro del campo más dotado para sujetar atrás y encomendarse al contragolpe (faltaba Beñat), volvió a aparecer el Betis certero, eficaz en sus zarpazos: ¡tres goles en cuatro minutos!

 

Defensa

El Betis no defendió a la altura de su gran resultado. Ni de su brillantísimo partido ofensivo. Abundaron las llegadas hasta zona de franco peligro para Adrián con el partido resuelto (lógico), pero también mientras el litigio se mantuvo con vida (más preocupante).

A la pareja Cañas-Rubén Pérez le costó agarrar el partido por las asas. Igiebor estuvo más preocupado de sumarse al ataque desde la izquierda que de trabajar sin el balón en zonas interiores, y Vadillo es Vadillo: un extremo.

Bajo esa puesta en escena, a los laterales les costó cerrar y evitar que Torje y Juanma Ortiz, en el caso de Álex Martínez, y Nolito y Siqueira, en el caso de Chica, les ganaran la línea de fondo. El trabajo de los centrales, en cambio, evitó que esos conatos de fuego provocados en los costados fueran a más. En el repliegue, siempre superaron en la marca a los posibles receptores del centro definitivo.

Ataque

Jugar con Vadillo e Igiebor en las bandas metió en más de un apuro a los laterales béticos. Pero más apuros padeció toda la línea defensiva del Granada con el despliegue del extremo gaditano por fuera o por dentro (gran pase a Pabón en el 0-2) y de Igiebor por dentro (otro gran pase a Rubén Castro en el 0-4). Cada uno a su estilo, conectó con esa pareja de pícaros que integran Rubén Castro y Pabón. El canario recuperó su proverbial eficacia para ponerlo todo de cara (por allí estaba Igiebor, que colaboró en la jugada a pesar de su fallido remate). El colombiano se sumó a la fiesta con su sutil golpeo al larguero (por allí estaba Vadillo, que sirvió el pase) en el 0-2 de Rubén. Y el quebradizo Granada se derrumbó en cuatro minutos.

Virtudes

Las ausencias hicieron a Mel rescatar ese 4-4-2 asimétrico que tan buenos resultados le ha solido dar (muchas veces con Salva Sevilla en el puesto que ayer ubicó Igiebor). Y con el balón muy vivo, de nuevo afloró el gran Betis que ejecuta como visitante. El Betis de los ataques directos y afilados. El Betis de la resolutividad. El Betis de Rubén Castro.

Talón de aquiles

La inseguridad defensiva por los costados.

Uno por uno

Adrián Mejor bajo palos que en los balones desde el lateral.

 

Chica Echó en falta más ayuda por delante ante Nolito y Siqueira. Carácter e intensidad.

 

Paulao En el sitio para los despejes. Otra vez apareció en ataque y superó por alto a Toño.

 

Mario Aranda empezó ganándole algún balón largo, pero lo zanjó pronto. 

 

Álex Martínez Frescura y mucho criterio en ataque y cierta blandura para guarecer su costado. Cuando adquiera cochura, se puede asentar.

 

Vadillo El partido parecía para él. Y más que se puso. Su zancada desnudó a Siqueira. Y su clase impulsó a los puntas. Le faltó continuidad en un campo que se puso pesado.   

 

Cañas Salió con el sitio un tanto perdido pero lo encontró.

 

Rubén Pérez El equipo no necesitó que diera un paso adelante y ejerció de zapador.Igiebor Bajo su heterodoxia, encauzó el partido al aparecer arriba. Cuando arranca desborda y ve bien las líneas de pase.

 

Pabón Es punta. Y más que apreciable: se desmarca con intuición y ve claro el remate.

 

Rubén Castro Más socios a su causa: Igiebor, Pabón, Vadillo... Pero él es quien marca el camino a los demás.

 

Perquis Mantuvo el buen nivel.

 

Jorge Molina Con espacios lo ve clarísimo.

 

Ángel Aplomo para marcar.

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