Partiendo de la base de que deportivamente un refuerzo como el de Balvin sería un paso adelante, hay situaciones que lo impiden, por lo que rascar una importante cantidad de dinero y mantener todavía sus derechos en España es un negocio rentable para el Betis Energía Plus.

Si nada se tuerce a última hora, especialmente las garantías de cobro, la cesión del checo al Estudiantes (cedido por el Bayern al Betis y del club hispalense al madrileño), se podría hacer oficial hoy. También dependerá de que las pruebas a Triguero no revelen nada importante, ya que la situación entonces cambiaría, si bien no debe ser obstáculo para que el pívot recale en la capital de España para lo que queda de curso.

Según el acuerdo, el club heliopolitano ingresará en torno a los 75.000 euros

Ya dijo Zan Tabak la pasada semana que no le hacía gracia reforzar a un rival directo, pero que entendía que es una decisión del club y que si suponía un negocio rentable lo entendía.

Y económicamente resulta rentable para un club que debe empezar a generar más ingresos propios cara al próximo curso. O para éste, que todavía quedan muchas jornadas por delante. El Betis se habría asegurado el cobro de unos 75.000 euros, aproximadamente, por permitir a Balvin volver a España, pero retendrá sus derechos futuros en la ACB. El viernes se trabajó en los despachos para acelerar la operación, especialmente por el interés del conjunto madrileño, pero el Betis no lo veía todo claro y ha sido este fin de semana cuando ha dado el OK a todos los documentos y garantías para recibir la compensación.

Deportivamente, además, la llegada de Balvin a Sevilla resultaba complicada, ya que el conjunto hispalense tiene a un primer espada como Mahalbasic en la pintura. Es por ello que el checo se mostró reticente a jugar en la ciudad hispalense, ya que no le aseguraban un papel protagonista como en teoría sí lo tendrá en Estudiantes, donde rivalizará con Savane, de 38 años, un ala-pívot reconvertido como Suton y Víctor Arteaga. En dos semanas, curiosamente, Balvin estará en San Pablo con el conjunto colegial, ya que la cláusula del miedo que se suele aplicar en el fútbol está prohibida en el baloncesto.