liga endesa

El efecto está aún por ver (87-76)

  • Los fallos defensivos y un gran Nocioni condenan al Betis en el debut de su técnico.

  • Puede acabar la jornada en descenso por primera vez.

Un forcejeo durante el partido.

Un forcejeo durante el partido. / EFE

Compitió hasta el final. Tuvo opciones. El equipo dio buenas sensaciones y bla, bla, bla... Quien quiera quedarse sólo con eso puedo hacerlo. Quizá se engañe. Todo es verdad, sí, y nadie esperaba un milagro de Alejandro Martínez con tres entrenamientos al frente del Betis Energía Plus, pero lo que queda al final es que el cuadro sevillano volvió a perder. El efecto del nuevo entrenador es invible en apenas cuatro días. Está aún por ver y se gastó una de las seis balas en la recámara que le quedan y el equipo se acerca al hoyo (esta jornada puede acabar en puestos de descenso) irremediablemente. Porque los mismos males se repitieron en la capital española: mala puesta en escena, bloqueo en ataque, tiros mal seleccionados, un banquillo incapaz de sumar nada y una defensa blanda en los momentos claves.

Y es que un demoledor parcial de 20-0 (del 9-14 al 29-14) desde mediado del primer cuarto liquidó el choque pronto. Tan fácil lo vio el Real Madrid mediado el segundo acto, en el que llegó a estar 19 puntos arriba con el acelerador a medio gas (39-20), que se relajó. Tanto que permitió que los béticos, que no son mancos (aunque a veces lo parezcan) se metieron en el partido en un par de ocasiones. Llegaron a estar a cinco puntos al inicio del cuarto definitivo. En ese instante clave Nocioni, que se dio un festín anotador (quizá el último, pues no volverá a tener a Marelja ni Milosevic enfrente) antes de colgar las botas al final de la temporada, anotó un triple que bajó a la tierra a los verdiblancos.

Siguieron remando los jugadores sevillanos y tras un triple de Alfonso Sánchez y un tiro libre de Radicevic se colocaron a cuatro puntos, pero la presión a toda cancha dejó a Carroll solo en la esquina. A Carroll, uno de los mejores triplistas de la competición. Y claro, el estadounidense aprovechó el regalo. Lo mismo que hizo Llull poco después para volver a golpear a los visitantes desde más allá de la línea de los 6,75 metros para sellar el triunfo blanco.

Y triunfos son los que necesita el Betis para salir del lío en el que se ha metido con su pavorosa racha de 11 derrotas en 12 encuentros. Da miedo mirar atrás, pero también hacerlo hacia adelante con los Marelja, Triguero, Chery y compañía en el banquillo. Porque si se es cortito en ataque, al menos hay que dejarse la piel en defensa y los 14 rebotes ofensivos de los locales reflejan todo lo contrario. Especialmente sangrante es lo del ala-pívot serbio. Cate, todo corazón cada vez que sale a la pista, se quedó en Sevilla por el balcánico, que firmó un 0/3 en tiros de campo con mandarina incluida desde el triple.

Sin Nachbar en la pista, al parecer lesionado aunque viajó, fue Milosevic quien asumió galones. Que el serbio lo haga es mala noticia en un conjunto en el que están Stojanovski y Mahalbasic, pero el austriaco, lento en sus acciones, no puede con los continuos dos contra uno que le hacen sin que los árbitros vean nunca una falta por muchas manos que tenga encima y el macedonio, un anotador nato, tiene la confianza por los suelos.

Así las cosas, cuando el Real Madrid se fue al descanso con una cómoda renta de 13 puntos parecía que los 20 minutos siguientes serían un tormento. Pero el Betis fue capaz de tirar de orgullo, un elemento perdido en las últimas jornadas, y de la mano de Alfonso Sánchez comenzó a morder de nuevo en defensa, como al inicio del encuentro. Con ese punto de agresividad y el acierto desde el triple le metió el miedo en el cuerpo al rival. Laso tuvo que tirar entonces de sus dos hombres en estado de gracia ayer, Nocioni y Carroll, para que la ventaja se estabilizara entorno a la decena de puntos. Ahí estuvo una de las diferencias. Laso miraba al banquillo y veía a Nocioni, Carroll y a un Hunter que rebañaba casi todos los balones en el aro. Alejandro Martínez tenía que tirar de Marelja, Triguero (mejor en defensa que en ataque) o un Cabezas que llevaba sin competir desde enero, y Chery, que volvía por la lesión (al menos es lo que apuntó la entidad) de Kane tras seis choques fuera de la convocatoria. Para echarse a temblar.

Aun así se mantuvo en el partido el Betis. Con Lockett muy activo y Milosevic acertado, aunque cuando se le subían los puntos a la cabeza comenzaba creerse mejor de lo que es y arruinaba todo lo bueno que había hecho antes. La eliminación por personales de Alfonso Sánchez marcó quizá un antes y un después.

Es de esos jugadores que contagian a sus compañeros, capaz de inyectar sangra donde a algunos les corre horchata y sin él todo se derrumbó. Tras un triple suyo y un tiro libre de Radicevic (bien en la dirección aunque el equipo echó de menos sus puntos) el marcador reflejaba un 76-72. El jiennense se fue al banco con cinco faltas y Alejandro Martínez ordenó presionar a toda pista. Alguien se despistó y Carroll, que acababa de entrar, recibió el balón sólo en una esquina. La clavó. Después lo hizo Llull y un campo atrás y unos pasos de Milosevic certificaron otra derrota, con sensaciones positivas, del Betis. Pero las sensaciones no suman en la clasificación.

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