"Pudimos y podemos". Con ese nuevo lema puso en marcha el Betis Energía Plus una campaña a través de las redes sociales para movilizar al público cara al vital encuentro ante el Joventut de mañana (12:30). No es un partido más por mucho que Zan Tabak quiere quitarle presión a los suyos, por lo que la entidad lleva más de una semana movilizándose para intentar que San Pablo sea una caldera que impulse al equipo hacia una victoria que sería clave en su lucha por la permanencia.

No es la primera vez. Este lema de "Pudimos y podemos" toma el testigo del lanzado en la campaña 2008-2009. Aquel "Sí se puede" llegó cuando el entonces Cajasol estaba en el pozo de la clasificación y más necesitaba de los suyos. Fue en la jornada 25ª y ante el Bilbao Básket unos 6.200 aficionados tiraron del colista de la ACB para llevarlos a la victoria. Dos semanas después fueron más de 6.800 los que apoyaron al equipo en un duelo vital ante el Baloncesto Murcia, en uno de esos finales de infarto que tantos ha vivido el pabellón hispalense: con 81-81, Dean le hizo falta a Tucker y éste no desaprovechó la oportunidad para meter los dos libres y darle el triunfo al Cajasol. El segundo de una serie de seis consecutivos que sellaría la salvación con una media de unos 6.400 espectadores en los últimos partidos.

Esa promoción tuvo antes una precursora. En la 2007-2008 "Defiende Sevilla" puso las bases. Nunca fue la situación tan angustiosa, aunque quizá era la primera vez que desde los primeros años en ACB se vio el descenso de cerca tras una mala primera vuelta con Rubén Magnano en la que el conjunto hispalense estaba penúltimo. Llegó Manel Comas para levantar a la tropa sevillana y lo logró de la mano de Elmer Bennett y el aliento de una afición que no falló en los peores momentos.

Pero no hay que mirar mucho atrás para recordar una campaña de este tipo. En la 2014-2015, de nuevo en otra situación límite, llegó el "Sevilla no se rinde". El conjunto andaluz comenzaba a levantar cabeza tras la llegada de Luis Casimiro, después de que Scott Roth y Audie Norris lo dejaran al final de la primera vuelta como colista casi defenestrado. Con Casimiro y Penney el equipo dio síntomas de vida y enganchó a la afición, en un duelo clave llenó San Pablo (más de 7.000 espectadores) para ganar al Estudiantes por 74-65.

Esta misma temporada también hay ejemplos de que cuando San Pablo aprieta algo pasa. Ante el Real Madrid 6.800 espectadores vieron a su equipo ganar con triguero anotando desde el tiro libre y Alfonso Sánchez taponando a Llull en el último ataque y más de 7.100 hicieron los propio en el derbi regional ante el Unicaja. Es por ello que frente al Joventut los rectores hispalenses quieren que el público sea un factor determinante más.

Tabak no ha parado de recalcar toda la temporada que su equipo nota cuando el pabellón aprieta. Aprieta al rival, a los árbitros y es capaz de levantar a los suyos en los momentos difíciles, por lo que el propio técnico dijo que "sin fútbol y con unos precios asequibles con entradas por cinco euros", espera ver un pabellón lleno.