Javi Carrasco se estrenó esta temporada como entrenador del Betis Energía Plus con derrota ante el Gran Canaria (76-77), en un final ajustado en el que "pasaron muchas cosas". Ahora le toca vivir los partidos "de una forma diferente", pero confía en el "trabajo diario para sacar adelante el reto de la salvación".

El preparador sevillano se agarra a las cosas buenas que mostró el equipo el pasado domingo, desde una defensa que dejó al conjunto de Luis Casimiro en menos de 80 puntos, después de tres choques seguidos encajando más de 100 puntos, a tocar las teclas justas para que los jugadores reaccionen. "Hay que apelar a su responsabilidad, tanto con un mensaje individual como grupal", apuntó el hispalense, para quien la mejora pasa "no sólo por la defensa, sino también por mantener un equilibrio en ataque y en el rebote", indicó en declaraciones a medios del club.

Olvidado ya el choque de la pasada jornada, aunque en la retina queda una última jugada en la que el Betis "falló tres tiros y hubo falta a Booker al inicio de la acción y también a Mikel Úriz", ahora todo se centra en "la final" en Zaragoza: "Es un partido que vale doble ante un rival directo. Se trata de un equipo con mucho talento en ataque y que se ha reforzado. Será dificilísimo, pero todo empieza por jugar duro y dominar el rebote; y luego tener paciencia en ataque".

Carrasco es un hombre de club que tiene claro que el futuro de la entidad está incluso por encima del suyo. "Para mí sería un honor ser el entrenador el año que viene, pero no pienso en eso ahora. Firmaría ahora mismo salvar al equipo y el año que viene volver a ser ayudante. Soy un entrenador de la casa y estaré encantado de hacer lo que me diga el club", añadió.