El tiempo se agota. Se reduce con cada derrota que encaja un Betis Energía Plus que desaprovecha una y otra vez la ocasión de sacar la cabeza del pozo de la clasificación y el mensaje no cambia, sólo las voces que lo afirman: "Cada partido que queda es una final y los duelos ante rivales directos valen doble". Hace unos días fue el técnico Óscar Quintana quien vino a decir lo mismo en la previa del choque ante la Penya. En esta ocasión fue Mikel Úriz a los medios oficiales del club, antes de otra de esas citas decisivas ante un Bilbao Básket que acumula en las últimas ocho jornadas un balance negativo de un triunfo y siete derrotas. El mismo que el cuadro verdiblanco, por lo que quien gane en Miribilla saldrá muy reforzado y el que pierda muy tocado.
"Las dinámicas y la confianza de los equipos se nota mucho. Ante la Penya o el Bilbao son partidos más feos, con presión para los dos conjuntos, mientras que el Andorra venía de ganar cinco partidos seguidos y juega más suelto y con más confianza", afirmó el base, que como muchos ve claro uno de los males béticos: "Hicimos 30 minutos muy serios, pero permitiendo 17 rebotes en ataque es difícil ganar, en el último cuarto entre la presión nuestra y su buena dinámica encajamos un parcial grande muy rápido y se nos escapó el partido. Además, estamos recibiendo muchos triples. El otro día hubo lanzamientos liberados, tras rebote ofensivo y otros bien punteados que entraron. Yo, pese a todo, prefiero morir a base de triples a que nos metan canastas fáciles bajo el aro, en el que la efectividad es del 85%, como nos ha pasado otras veces. Hay que seguir siendo fieles a nuestra idea de no permitir canastas fáciles y al mismo tiempo apretar en la línea exterior", afirmó.
Quedan 12 jornanas por disputarse y en esta recta final puede marcar la diferencia quien sepa jugar con la presión y el miedo respecto al que no lo soporte. "Estamos mentalmente capacitados para sacar esta difícil situación adelante. Las derrotas duelen, pero los dos últimos partidos en casa la afición estuvo increíble y si seguimos en esta línea y nos sigue apoyando llegarán las victorias. Seguro", destacó el navarro, para quien "a partir de ahora cada partido es una final y los duelos ante rivales directos valen doble", recalcó.
A Quintana le agradeció "su confianza". "Llevaba muchos años destacando en LEB Oro y él ha confiado en mí con minutos importantes en la ACB. Llegó con una situación complicada y una dinámica negativa... Es alguien muy positivo y en esta recta final eso es importante. Nos transmite esa positividad para que nosotros mantegamos la ilusión", destacó el base, que también apuntó al soplo de "aire nuevo" que aporta Booker: "Tiene muchos puntos en sus manos y ha venido con hambre y confianza. Además, cuando hay estabilidad y los roles están definidos es más fácil que el equipo se suelte. Es bueno tener equilibrio y estabilidad después de tantos cambios", indicó el base navarro.
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