baloncesto

No es un accidente más

  • Las facilidades en defensa y un ataque otra vez desorganizado del Betis le dan a un efectivo Bilbao la victoria en San Pablo

  • Un parcial de 3-19 al inicio del segundo tiempo, decisivo

El pívot estadounidense Oderah Anosike entra a canasta ante la oposición del alero Álex Mumbrú .

El pívot estadounidense Oderah Anosike entra a canasta ante la oposición del alero Álex Mumbrú . / Efe

El Betis Energía Plus debía demostrar si lo que ocurrió en San Sebastián fue un accidente o no. Y visto lo visto en San Pablo, de accidente no tiene nada. El conjunto verdiblanco volvió a caer ante otro rival de los llamado de su liga, que le pintó la cara al ritmo de los triples que sus jugadores lanzaban solos por la falta de actitud del cuadro de Alejandro Martínez. Cualquiera encuentra tremendas facilidades ante los béticos, torpones a la hora de ejecutar un ataque en el que se sigue abusando del bote y el único recurso es el Juan Palomo, y nefastos a la hora de defedender concediendo demasiadas segundas opciones y tiros liberados. Al final el tropiezo ante el Bilbao no fue tan bochornoso como apuntaba tras el tercer cuarto (86-94), pero esa reacción no puede ocultar que este Betis sigue siendo un grupo de jugadores sin ideas ni conceptos clave ni, mucho menos, la mínima disposición atrás: otra vez más de 90 puntos encajados.

A los de Alejandro Martínez no es que les cueste arrancar, es que no tienen batería para hacerlo en estos momentos. Ataques demasiados lentos, lejos de la idea de correr y mover la pelota que tiene el técnico, que al final se resuelven con una mala elección de tiro o con Anosike apostando por hacer la guerra por su cuenta. Con esa dinámica y el Bilbao acertado desde la líne del triple con unos activos Tabu y Dejan Todorovic, los visitantes dejaron claro desde el principio cómo iban a hacer daño. Con Mumbrú haciendo de ala-pívot, Hervelle saliéndose cada vez más por fuera para evitar el contacto y el joven Kempton sin galones, por dentro debió incidir el Betis para sacar ventaja, pero le costó entenderlo. Los balones no llegan a los pívots en posiciones cómodas y todo quedaba a expensas de que Bongou-Colo y Kelly hiciesen la guerra por su cuenta.

Una canasta de Golubovic y un 2+1 incompleto de Anosike completaron un parcial de 9-0 (27-23) con el que la afición bética se vino arriba, pero cuando uno es demasiado frágil atrás las alegrías duran poco. Todorovic comenzó a ser protagonista y los errores de los sevillanos en ataque, con McGrath muy desacertado en todos los aspectos, dieron aire al rival que con un 0-9 se metió de lleno en el encuetro. Boungou-Colo apareció fugazmente para cortar el parcial visitante con un triple, pero otro de Tabu y uno más de Todorovic, muy enchufado, dejaron el resultado al descanso en 35-40.

Y gracias. Porque el Betis, que venía de dar sólo dos asistencias en San Sebastián, se fue a los vestuarios con la friolera de tres y concediendo siete rebotes ofensivos para Bilbao por sólo uno de los locales. La idea de mover la pelota no cala y sólo la calidad individual de algunos jugadores y los errores del cuadro vasco, que no tiene el potencial de otras campañas, dejaron el resultado por decidir en el segundo tiempo.

No tardó todo en aclararse. Unos minutos en los que la nula dirección de McGrath, la falta de actitud defensiva y la inacción por parte de Alejandro Martínez en el banquillo ayudaron a completar un 3-19, sin que el técnico ni siquiera parase el encuentro con un tiempo muerto, pasando de un 38-40 a un 41-59 que dejó todo visto para sentencia. Mumbrú con dos triples, uno de ellos teniendo varios segundos para lanzar, pérdidas, como una en el saque de fondo, y Tabu con la mirilla fijada desde más allá de la línes de los 6,75 metros acabaron con el duelo en un visto y no visto. Nada se movía en el banquillo verdiblanco, en el que Mikel Úriz, Iván Cruz y Saúl Blanco calentaron la silla del primer al último segundo. Carles Durán sí supo rotar a los suyos para que llegasen frescos a los momentos clave.

La entrada de Franch cambió un poco el errático ataque bético. Kelly y Boungou-Colo acertaron desde el triple y algunas protestadas decisiones de los colegiados encendieron al público desviando algo la atención del verdadero problema: el Betis no juega a nada y la única alternativa es el uno contra uno. Un desastre como colectivo.

El 55-74 dejó el choque resuelto al final del tercer cuarto. Al menos esta vez el Betis maquilló el marcador, pero eso no tapa las desvergüenzas. Ya no se trata sólo de meter una canasta más que el rival, sino que los conjuntos que van justitos deben empezar por agachar el culo atrás y dejarse la piel por cada balón. Falta trabajo y actitud en un equipo que ya en la jornada tres vaga por la pista sin alma, pero en las derrotas toca también mirar al banquillo: 0-3 de balance y la semana que viene visita al Unicaja. Vienen curvas muy pronto.

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