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Por un día para la sonrisa

  • El Betis recibe al Obradoiro con la urgencia de sumar la primera victoria en la undécima jornada

  • Es necesario que el trabajo de la semana se traslade a la cancha

Entrenamiento del Betis E-Plus

Entrenamiento del Betis E-Plus / Juan Carlos Vázquez

Al Betis Energía Plus le falta la sonrisa desde el mismo día en que comenzó la temporada. Diez partidos perdidos en otras tantas jornadas disputadas no dan ni para un gesto ni para un atisbo de ademán que intuya un mínimo de alegría. Con el equipo roto en la competición, en la que ni siquiera fuerza a los rivales a dudar de sus victorias, sólo cabe agarrarse al buen hacer en los entrenamientos. Ahí, en el día a día en San Pablo, explica el entrenador bético, sí aparecen esas virtudes que, por arte del birlibirloque, desaparecen en los días de los partidos. Y de la razonable sonrisa de la semana se pasa irremediablemente a los sofocones de los domingos.

Por un día para la sonrisa Por un día para la sonrisa

Por un día para la sonrisa

Tres partidos juega el Betis Energía Plus en San Pablo antes de que finalice la primera vuelta: frente a Obradoiro -hoy-, Zaragoza y Barcelona. El orden cósmico que ha de alinearse para que no haya un segundo descenso consecutivo pasa por empezar a sumar ya un triunfo que evite divisar desde tan lejos a quienes lo preceden en la tabla. En este instante, antes de la disputa de la undécima jornada en la Liga Endesa, la salvación está a tres victorias de distancia. La visita este mediodía de Obradoiro, un contrincante directo en esas luchas hasta el año pasado, habría sido un motivo de aliento en condiciones normales. Pero la normalidad dejó de ser una circunstancia en el baloncesto sevillano hace mucho. Y el Obradoiro es hoy también un equipo temible.

El equipo verdiblanco vive en un preocupante estado de parálisis. Y no es solamente que no lleguen los triunfos, es que el conjunto entrenado por Óscar Quintana es incapaz de llegar con alguna opción de ganar a los últimos minutos de cada choque. Los números asustan. La media anotadora por partido se limita a unos raquíticos 72 puntos, mientras que el promedio que encaja por encuentro no baja de los 90, un escalón que más que precipicio se antoja fosa abisal.

Pero hay más. Además de ser el colista en solitario en el ataque y en la defensa, el equipo bético es el peor desde la línea de tres (27,5% de acierto), en el capítulo de rebotes totales (30,6), agravado por ser el que menos capturas realiza en su propia zona (20,2). Es en ese apartado, en la defensa del propio aro, en el que el equipo se muestra más vulnerable. Blando y penetrable como una barra de mantequilla en agosto, la pintura cajista es un jardín de infancia para los rivales, que, fuertes y adultos, encuentran demasiadas facilidades cuando sus ataques se plantean desde el exterior, desde los laterales, mediante la puerta atrás o a través de los movimientos de bloqueos directos o indirectos.

El objetivo inmediato del entrenador del Betis, que tampoco ha podido ganar en los cuatro partidos que lleva como director de la orquesta verdiblanca, se centra en fortificar el sistema de contención. Y aquí reside uno de los más graves problemas del este Betis. Lo ha dicho públicamente el propio Quintana: la plantilla no está ideada para defender. Y, visto que tampoco carbura en el ataque, habría que saber a qué clase de plantilla pertenece la planificada para afrontar la campaña 17-18. La receta por ahora consiste en mantenerse con los dientes apretados y saber sufrir. Son los ingredientes, además de ensayar diferentes modos zonales en defensa, que ha estado mezclando el técnico cántabro durante la semana para intentar morder este mediodía al Obradoiro.

El cuadro gallego, como lo fue el Tenerife la pasada semana, tiene más fortaleza en defensa que en ataque. La intimidación de jugadores como Pustovyi -quien más tapones coloca y el tercer mejor reboteador de la ACB- o las habilidades en la pintura de Radovic -el séptimo mejor reboteador- hacen del conjunto compostelano el tercero que menos puntos recibe de la ACB. En ataque, que tampoco es su fuerte, tendrá que cuidarse de los triples liberados de Matt Thomas, una sensación como debutante en España.

Para darle una alegría a su afición, el equipo bético deberá dar una vuelta completa al juego que ha estado ofreciendo hasta ahora para ganarle al equipo revelación de este inicio (el balance de Obradoiro es de 7-3). La incógnita consiste en adivinar quién se revelará como líder de un equipo, el cajista, sin líder, sin alma y sin sonrisa.

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