Landesberg se fue al descanso el pasado domingo en San Pablo con dos puntos y acabó el partido con 28. En Badalona Richard enjugó él solito la ventaja de siete puntos que llegó a tener en el tercer cuarto el Betis Energía Plus y Paco Cruz mitigó la mala actuación de Eyenga o Popovic para que el Fuenlabrada remontase en el último cuarto ocho puntos de desventaja. El conjunto bético echa en falta un líder en la pista que tire del carro que, por unas cosas o por otras, aún no ha encontrado.

Dos jugadores están llamados a realizar esa función, aunque de momento sus actuaciones no han sido ni mucho menos decisivas. Preocupa especialmente el caso de Boungou-Colo. Demasiado individualista hasta el momento y con las manos blandas -va a más de dos pérdidas por partido porque el balón se le escurre entre las manos y es el jugador que más balones pierde de la ACB-, el alero congoleño no marca diferencias en ataque y en defensa no es de los que regalan un esfuerzo de más. Su 10/43 en triples (23%) es un lastre siendo uno de los cinco jugadores de la liga que más lanzan desde más allá de la línea de los 6,75 metros. A menudo con malas selecciones de tiro.

Esa ineficacia hace inservible que sea uno de los que más personales recibe e impide que, aun el que más minutos acumula de toda la competición en la pista, sus estadísticas ayuden al equipo más allá de engordar sus números individuales.

Un caso distinto es el de Kelly. El estadoudinense va de menos a más. No ha bajado aún de la decena de puntos y en los últimos tres duelos promedia 16 puntos y más de siete rebotes. Su problema, como el de muchos de la NBA, son las personales. Mete la mano cuando no debe y no se ha ganado el respeto arbitral. Contra Estudiantes fue eliminado y no jugó en momentos clave, en Badalona estuvo igualmente al borde de la eliminación y contra el Fuenlabrada cometió dos casi en el primer minuto de juego. Se carga demasiado rápido, por lo que o va al banquillo o juega con el freno de mano echado.