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El boceto, mejor con Kanoute

  • La entrada del malí tras el descanso desatasca a un Sevilla al que le faltó ritmo e intensidad en el primer tiempo, cuando sufrió ante un San Roque que dio algún susto.

El Sevilla estará en octavos de final gracias a tres goles de Kanoute. El malí, que ya marcó en la ida, tuvo que aparecer en la segunda mitad para arreglar, con dos tantos, un partido que los blanquirrojos tenían enquistado en la primera parte.

Marcelino volvió a poner en liza el 4-1-4-1 que tan buen resultado le viene dando, pero sin ritmo en el juego todo resultó más complicado en el primer tiempo, pese a tener durante los primeros 20 minutos la posesión de la pelota. Además, la falta de un referente en la mediapunta hizo aún más estéril el trabajo de Negredo, que no aportó nada.

Así, poco a poco, el Sevilla le dio vida a un cuadro lepero que con la movilidad de Cheikh y los hombres ofensivos del centro del campo dio algún susto a los locales, que sufrieron la reprimenda de sus aficionados con algunos pitos.

No obstante, en el banquillo estaba un hombre que sigue jugando el fútbol a las mil maravillas: Kanoute. El de Malí -qué lástima que no pueda ser clonado- lo cambió todo, pues el Sevilla le metió una marcha más al encuentro hasta que llegaron los goles. Además, el tanto de los aurinegros no inquietó lo más mínimo a un equipo nervionense que murió en el campo rival en busca del tercero.

Defensa

En el segundo acto, el sufrimiento fue menor, pero en el primero los cuatro de atrás pasaron demasiados apuros. Sobre todo Cáceres, Escudé y Luna, que se las vieron y desearon con Urko Arroyo, Cheikh, Melchor y Óscar, que rozó el gol en una clarísima ocasión. Tampoco Medel ayudó en exceso, y por ahí llegaron muchos problemas. El mejor de la zaga, sin duda, fue Coke, como se demostró en la subida por la banda y el centro en el 2-0. Quizá le falta un poco de más físico, pero aporta más que Cáceres en el puesto de lateral derecho.

Ataque

Con Negredo desaparecido y Armenteros aportando poco, todos los halagos son para Kanoute, con el que hay que quitarse el sombrero una vez más. A destacar, también, las ganas de Manu del Moral.

Virtudes

La reacción de los pupilos de Marcelino tras el descanso.

Talón de Aquiles

La dependencia del equipo en la figura de Kanoute y la falta de intensidad en el primer tiempo.

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