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No caben más demoras

  • Clave El Sevilla, con un aluvión de bajas, afronta esta noche en Pamplona una cita en la que ganar se hace de obligado cumplimiento para agarrar el tren de la Liga que aún le queda

Esto no se para, de oca en toca y toca Pamplona, que hay que recuperar el tiempo aparcado por aquello que pasó en agosto, aquel drama que fue la muerte de Antonio Puerta y que ocasionó el aplazamiento de la cita del Sevilla en Pamplona, que venía ya de rebote porque cuando se debió jugar -el lunes 3 de septiembre- el Sevilla compareció en Atenas ante el AEK en la previa de la Champions.

El objetivo del pasado sábado en Almería era el de agarrarse a la Liga y todo se remató como nadie desconoce, por lo que esta noche en el Reyno de Navarra cabe la posibilidad de rectificar y de que el Sevilla se agarre de una vez al resbaladizo piso de la competición de la regularidad, pero lo que no cabe de ninguna forma es otra derrota y sí agarrarse al tren liguero que aún es posible para el equipo de Manolo Jiménez.

Llegan Osasuna y Sevilla con el talante bien distinto, pues los navarros lo hacen después de conseguir un triunfo con bastante brillo en Riazor mientras que los de Jiménez arriban mohínos y con la imperante necesidad de pegar un zarpazo en Pamplona para recomponer la figura, que no sólo de Champions vive el hombre por muy Sevilla Fútbol Club que se llame y muy líder siga siendo de esa curiosa tabla que establece la Federación de Historia y Estadística del Fútbol (IFFHS para los amigos). Hay que tener muy en cuenta que de seis partidas disputadas lejos de Nervión únicamente se fue para Sevilla la del Ciudad de Valencia con el Levante; por lo demás, cinco derrotas y una decimocuarta posición en la tabla que no se corresponden con el potencial del Sevilla de la hora.

Quince puntos luce cada uno después de los trece partidos librados. Cinco goles es la diferencia que permite que el Sevilla se coloque un escalón por encima de los de Ziganda, por lo que el choque de esta noche en el rodeo pamplonica debe ser determinante para que uno de los dos dé un salto de cuatro o cinco escalones en la tabla. Pero así como la cita de Almería se contemplaba mollar para los de Jiménez, Pamplona es una plaza que no se le suele dar de manera favorable al equipo sevillista. Lo mejor en mucho tiempo fue el empate sin goles del pasado año, pero de lo inmediatamente anterior es mejor no acordarse.

Osasuna, sin embargo, se presenta en este curso como un anfitrión hospitalario en esta Liga, ya que de las seis comparecencias ante su gente, el saldo no puede satisfacerle. Dos triunfos, dos empates y dos derrotas. Cantaron bingo en el Reyno de Navarra Getafe y Espanyol, firmaron tablas Barcelona y Valladolid y salieron derrotados Levante y Villarreal. De esta manera no puede decirse que el recinto rojillo sea, precisamente, un reducto inexpugnable.

En Pamplona andan contentísimos con dos futbolistas recién llegados del extranjero y que el pasado domingo en Riazor fueron los autores, mediante sus goles, del triunfo osasunista. Se trata del africano Dady y del checo Plasil, futbolistas que se prevén de la partida para lo de esta noche en un campo que se le resiste de forma machacona al Sevilla y que en la época de Joaquín Caparrós al frente de la tropa blanca era como un reducto maldito en el que se estrellaban ilusiones de todo tipo, tanto ligueras como coperas.

Nos compete sobre todo el Sevilla y resulta que el Sevilla que viajó ayer a Pamplona está plagado de ausencias más o menos obligadas. Son obligadas las de Daniel Alves, sancionado, y la de los lesionados, los de larga duración como Escudé, Javi Navarro y Boulahrouz más los coyunturales Dragutinovic, Kerzhakov, Kanoute y Chevantón; a éstos se unen Hinkel y Diego Capel, fuera de concurso por decisión única y exclusiva del entrenador. Y todo esto provoca que Juanjo, el futbolista cedido por el Racing santanderino para el filial, sea del grupo expedicionario.

Así el panorama y con Manolo Jiménez mostrando la preocupación que le invade marcada en el rostro, el Sevilla bien podría formar con Palop bajo los palos, retaguardia con Martí, Fazio, Mosquera y Crespo, línea ecuatorial a base de Jesús Navas, Poulsen, Keita y Adriano para el ataque lo compongan Luis Fabiano y Kone. Claro que la candidatura de Duda para la titularidad también está latente, una opción en la que el sacrificado sería Martí para que los laterales fueran Crespo por la derecha en vez de por la izquierda y Adriano por delante del portugués.

Es diciembre y, claro, hace frío en Pamplona y más que va a hacer cuando sea la hora del pleito, nueve menos cuarto en todos los relojes de Navarra. Y será el zaragozano Carlos Clos Gómez, actualmente en su segunda temporada en Primera División, el que trate de que las aguas no se salgan de su cauce. Se trata de ganar o ganar, que por muy contento que haya vuelto Osasuna de Coruña, el Sevilla es el Sevilla y la tremenda cantidad de puntos ligueros que dejó en las cunetas no puede engrosarse, por lo que no caben más demoras.

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