Fútbol l Primera División

La caída en picado de Reyes

  • El utrerano niega que insultara a Aguirre mientras atraviesa sus peores momentos en el Atlético · "En mi vida he faltado al respeto y no lo voy a hacer ahora", afirma

El utrerano José Antonio Reyes negó ayer haber llamado "hijo de puta" a su entrenador en el Atlético de Madrid, el mexicano Javier Aguirre, después de un incidente relatado por la emisora Onda Cero en la noche del lunes.

Reyes convocó ayer una rueda de prensa para transmitir su malestar por la situación generada y desmintió categóricamente todas las informaciones. "En mi vida he faltado al respeto y no lo voy a hacer ahora. Me debo al Atlético de Madrid y tengo que respetarlo", aseguró.

El delantero mantuvo una reunión con Aguirre la pasada semana para hablar de su situación tras quedar fuera de la lista de convocados para el partido ante el Sevilla, su antiguo equipo. Después de esa charla, Reyes tampoco fue convocado para el encuentro ante el Villarreal.

"Hemos hablado como hablamos siempre, a veces no he jugado y también he hablado con él. Me gustaría que el periodista me dijera de dónde ha sacado la información", pidió el delantero.

Reyes solicitó "respeto", aunque reconoció que está "dolido" por haberse quedado fuera de los planes de su entrenador. "Son motivos que él ha tenido. Si no me doliera quedarme fuera, no sería profesional", explicó.

El futbolista sevillano, de 25 años, vive su momento profesional más delicado, una caída en picado que no parece tener freno después de los últimos acontecimientos. Reyes fichó en 2003 por el Arsenal después de una excelente trayectoria en el Sevilla. El club inglés pagó más de 26 millones de euros por un jugador que por entonces tenía un futuro muy prometedor.

Pero el internacional nunca se adaptó a la vida en Londres a pesar del lujo que le rodeó, y en agosto de 2006 regresó a España para jugar cedido una temporada en el Real Madrid.

En el club blanco tampoco encontró su sitio, y al final de la campaña decidió jugar en el equipo vecino de la capital de España después de que el Atlético de Madrid pagara 12 millones de euros al Arsenal. En cuatro años, el jugador se había devaluado a más de la mitad del precio original pagado por el club inglés al Sevilla.

Reyes firmó un contrato por cuatro temporadas, pero ahora aumentan los rumores sobre el descontento del club rojiblanco con su trabajo, y es posible que la entidad madrileña decida venderlo al final de esta temporada, si es que encuentra comprador.

Sin embargo, el jugador insiste en su deseo de cumplir su contrato. "Quiero estar aquí los cuatro años que he firmado. Siempre me han tratado bien, aunque nunca se sabe lo que puede pasar. Anímicamente estoy bien, eso es lo bueno que tengo, que nunca me derrumbo. Espero que me den una oportunidad y aprovecharla, confío en mi", declaró.

Diversas informaciones aluden a un mal momento personal del futbolista, con una enfermedad de su padre y otros problemas sentimentales. Nadie sabe si Reyes volverá a recuperar el vuelo de antaño.

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