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Contra el campo más difícil

  • Los mejores del mundo se enfrentan esta semana al temible recorrido de Oakmont, en el oeste de Pensilvania, que acoge la 116ª edición del torneo

Los mejores golfistas del mundo se enfrentan esta semana al temible recorrido de Oakmont, en el oeste de Pensilvania, que acoge desde mañana la 116 edición del Abierto de Golf de Estados Unidos.

Inaugurado a principios del siglo XX, Oakmont Country Club es el campo donde se han celebrado más US Open de la historia y el escenario de la victoria del argentino Ángel Cabrera en 2007, con el resultado (+5) más alto de las últimas décadas. "Siguen siendo los green más complicados que he jugado y habrá muchos putts largos para hacer par", dijo el de Córdoba, que encara esta edición como un nuevo capítulo junto con otros once ganadores del torneo.

"Al menos la mitad de los cuatro recorridos serán una prueba de supervivencia", advirtió el sudafricano Ernie Els, con nada menos que 23 participaciones en este segundo grande de la temporada y ganador de dos US Open, uno de ellos la edición de 1994 en Oakmont.

La mayoría de competidores que llegan por primera vez a este histórico recorrido de Pensilvania han podido poner a prueba su paciencia en los rapidísimos green, los profundos búnkeres, el rough (hierba) enmarañado y algunos de los hoyos más largos de la historia de los grandes, como un par 5 de 600 metros y un par 3 de 260 metros. "Hay que tener mucha disciplina y asumir que puedes pasarte toda una ronda sin tirar a ninguna bandera", dijo el golfista norirlandés Rory McIlroy, que seguramente no podrá emular esta semana los 16 golpes bajo el par con los que ganó el US Open de 2011 en Congressional Country Club.

"No puedes despistarte ni un segundo o puedes quedarte a tres o cuatro metros del hoyo para el siguiente putt", declaró el tejano Jordan Spieth, ganador de dos grandes en 2015 y candidato a replicar las 14 victorias en majors de Tiger Woods, ausente esta semana debido a una prolongada lesión. Mientras aumenta la tensión durante la preparación para la primera jornada, el veterano estadounidense Phil Mickelson, que no ha logrado ganar en su veintena de participaciones en Abiertos de Estados Unidos, ha optado por la relajación y un día de descanso para asistir a la ceremonia de graduación de su segunda hija. Un gesto que se saldó con un segundo puesto en 2013, cuando acudió a la graduación de su hija mayor también durante la semana del torneo.

Por su parte, el ganador del primer grande de 2016, el inglés Danny Willett, no parece muy intimidado por el recorrido. "Será muy divertido. Vamos a ver muchas maneras diferentes de jugar", opinó animado tras conquistar el Masters de Augusta en abril.

La actitud para soportar las penalidades de Oakmont también es la clave del número uno del mundo, el australiano Jason Day. "Para las situaciones estresantes con las que te enfrentas en el US Open hay que tener una actitud positiva independientemente del resultado", señaló.

El castellonense Sergio García, el canario Rafael Cabrero Bello y el vizcaíno Jon Rahm son los españoles que se enfrentarán con el histórico recorrido de Oakmont.

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