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Una canción desafinada

  • El Getafe llega en su mejor momento de la temporada para pelear por la zona europea. Su anárquico ataque es capaz de lo mejor y de lo peor.

Los constantes retos renovados del Getafe vuelven a toparse con la sombra de una lucha europea a la que parece llegar a tiempo tras una mejora notable en esta segunda vuelta de campeonato. Con Luis García Plaza a los mandos de nuevo, el conjunto madrileño sigue reinventándose para asegurar permanencias y mirar a cotas casi prohibidas sin tambalearse. Y la misión no es sencilla tras variar bloques cada año.

Marcado por un peculiar estilo de movimientos tácticos contradictorios, el Getafe usa sus bazas veloces con acierto y se ha asentado en una fiabilidad defensiva que varía según las circunstancias de los encuentros. No hay grandes nombres y protagonistas absolutos en el terreno de juego, pero Luis García supo sacar frutos de un bloque compuesto por demasiadas personalidades controvertidas. Cuando parecía imposible que todos los jugadores de talento irrumpieran en la misma escena, el técnico encontró la llave y encaminó su proyecto a estandartes que ahora se encuentran más cercanos a la realidad.

Sin balón

El Getafe tiene hombres efectivos en tareas defensivas y sabe usarlos para diseñar su plan estratégico a la perfección. En la portería, Codina debe tomar la responsabilidad tras la lesión de un Moyà que estaba recuperando su mejor versión. Luis García tiene a Alexis como una de sus piezas básicas en la zaga. Fede Fernández puede ocupar un sitio en la defensa sin ceder nivel, mientras que Rafa y Lopo son alternativas de carácter. El puesto de lateral derecho supone un problema: las lesiones de Valera y Miguel Torres obligan a improvisar, mientras que en el zurdo Escudero ha demostrado tener valentía.

En la medular, la presencia de dos hombres es innegociable. Xavi Torres carbura todo el sistema gracias a su criterio y polivalencia. Junto a él puede aparecer Borja, que tiene más movilidad y ayuda con trabajo para disminuir carencias en otras posiciones. Juan Rodríguez tiene otras virtudes y Luis García las busca cuando su equipo necesita equilibrar y encontrar llegadas más directas.

Con balón

La velocidad siempre está presente. El Getafe es valiente y llega con muchos hombres, aprovechando sus recursos por las bandas y la rapidez de sus puntas. Diego Castro centra las bazas creativas del equipo y llega con facilidad a posiciones de gol, ya sea partiendo desde la izquierda o por detrás del punta. Barrada entrega llaves de desborde y posibilidades de disparo, aunque cierto individualismo pueda frenar sus elecciones en ocasiones. El tercer hombre que se mueve en tres cuartos es Pedro León, que trata de encontrar su versión más mortífera.

Gavilán es una alternativa para el flanco zurdo, aportando también argumentos de desborde. Sarabia, mientras, sigue sin encontrar su sitio pese a un talento que cuando aparece puede abrir puertas con mayor facilidad. Tampoco tiene las llaves Lacen, que complementa al centro del campo con pundonor y elegancia. Demasiados elementos para pocas plazas.

Arriba, Colunga le gana la partida a un Álvaro sin los minutos suficientes para aplicar sus condiciones técnicas.

Lo mejor

Su juego de estrategia ha propiciado ya once goles en Liga.

Lo peor

Escaso poder de reacción.

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