Javier Matilla

"La clave del descenso estuvo en el partido de aquí frente al Rayo"

  • Aunque no se atreve a decir que el equipo se hubiese salvado de no haber sido destituido Pepe Mel, el quereño es sincero: "Él conocía el club y la plantilla y cómo manejarse, y la afición estaba muy a muerte con él".

Javier Matilla, que en agosto cumplirá 26 años, debe convertirse en uno de los futbolistas importantes la temporada próxima para que el Betis logre el retorno a la máxima categoría. El quereño está muy comprometido y, además, conoce la categoría, en la que destacó la pasada campaña con el Murcia. Jugando como centrocampista ofensivo fue el máximo goleador del equipo, con 12 tantos, y futbolista fundamental para mantener la categoría. Esta temporada ha resultado algo extraña para él, ya que ha contado poco para los tres entrenadores que ha tenido. Pese a ello, a mitad de octubre fue renovado por tres años y por su cabeza hoy sólo pasa cumplirlos y continuar en el Betis, ya que además se siente en deuda con la afición y apuesta por devolverle de inmediato al equipo la categoría perdida. Él se compromete a ser uno de los líderes, como ya hiciera la temporada anterior en el equipo pimentonero.

-¿Qué ha pasado esta temporada para que se haya consumado la debacle del Betis?

-Ha sido un cúmulo de cosas y mucha inestabilidad. Lo primero es que el equipo, en el aspecto individual y en el colectivo, no ha dado la talla y luego ha habido cosas que nos han empujado hacia abajo, como los arbitrajes, la mala suerte puntual en algunos partidos, la falta de un liderazgo y de mano dura en el equipo y en el club... Nadie ha sido capaz de darle un empujón al equipo y que fuese para arriba, la verdad.

-¿Cuándo vio venir que la temporada podía acabar en descenso?

-Hubo un momento clave, que fue el partido de aquí frente al Rayo. Ese partido, cualquier otro año, lo hubiésemos ganado y no hubiese pasado nada. Si no nos meten el 2-2 con el partido ya ganado, no hubieran ocurrido luego otras cosas, porque el míster lo hacía bien y no existía esta inestabilidad que hay hoy. Pero se fue el míster, luego los dirigentes, el director deportivo... y empezó a cambiar toda la dinámica, porque nadie sabía cuál era el camino a seguir. A partir de ese partido, todo fueron bandazos y enfilar la cuesta abajo, aunque algún día el equipo sí dio la cara. Pero luego vino otro míster y tampoco salieron la cosas muy bien, ya que empeoró incluso la marcha del equipo y, posteriormente, éste último. Y en estos tres meses tampoco hemos sabido sacar la situación adelante, aunque ya era muy difícil. Pero queríamos al menos haber llegado con vida al último partido.

-¿Fue clave entonces la destitución de Pepe Mel?

-Ahora, después de que haya descendido el equipo, es muy fácil decir que con él todo hubiese ido mejor. Pero si con el cambio las cosas hubiesen ido bien, se hubiese dicho que fue un acierto el cambio de entrenador. Es ir a favor de corriente y hablar a toro pasado, ya que nunca se sabe qué hubiese ocurrido, aunque todo el mundo opina. Lo que sí tengo claro es que la decisión fue clave para el resto de la temporada, ya que Mel conocía el club y la plantilla perfectamente y sabía cómo manejarse. Aparte, la afición estaba muy a muerte con él. Pero se tomó aquella decisión y ya no se puede hacer nada ni dar marcha atrás.

-En el vestuario ha habido problemas, ¿se comienzan a generar cuando a usted y a Chica los excluyen de Europa por un fallo administrativo del club?

-Está claro que para Chica y para mí fue una decisión muy dura. Veníamos de una dinámica muy buena y además nos ganamos jugar esa competición, sobre todo él, que estuvo la temporada anterior en el equipo que se clasificó para la Liga Europa. Fue una decisión injusta y nosotros no la encajamos bien, y al equipo también lo pilló por sorpresa, ya que jugar esa competición debería ser por merecimientos propios, por eso no cayó bien en el vestuario. Luego, Mel nos prometió que entraríamos si el equipo pasaba la fase de grupos, pero ficharon jugadores, llegó otro entrenador y fue para todo el año. Nos tocó pagarlo a nosotros y sí influyó en el vestuario, porque con estas cosas se crea mal rollo y polémicas que afectan en el estado anímico del grupo.

-¿Han primado a veces los intereses personales sobre los colectivos?

-Al final lo que se crean son rumores de que si uno pelea más por su futuro que por el Betis, pero obedecen a la dinámica del grupo y a esos comentarios de que el equipo no ha tenido actitud para ganar partidos. Pero, al fin y al cabo, el cien por cien de los jugadores miran por el interés del grupo, pese a que este equipo ha sufrido muchísimo. Pero es que el futuro de cada uno va ligado al del Betis y todos salimos mal parados por este año y no vamos a tener buenas opciones de futuro para el año que viene. Nadie sale beneficiado si el equipo no funciona.

-En su caso la temporada no ha sido buena, ¿por qué?

-Al principio no se contaba conmigo, pero ya en pretemporada revertí la situación, comencé muy bien el año y eso me dio confianza. Pero los malos resultados del equipo provocaron que el míster cambiara jugadores e incluso la forma de jugar, algo que entra dentro de lo normal, pero a mí me perjudicó, ya que me limpió y entré en la dinámica de no jugar. Y luego llegó el cambio de entrenador y, cuando Garrido estaba contando conmigo, otro. Ahora he vuelto a jugar, pero ya se está acabando la temporada, que no me ha salido bien en lo personal, no.

-¿Cómo se explica este cambio tan drástico tras ser renovado a principios del curso debido a su buen rendimiento?

-Hice buenos partidos y en la época cuando mejor estuvo el equipo y dio la cara, como en el Bernabéu, y ganó partidos, algunos con buen fútbol; se sacaron algunos resultados y perdimos partidos sin merecerlo. Por eso deciden en el club renovarme, pero luego cuando cambia el método el míster me afecta a mí, ya que no salí por rendimiento individual del equipo, sino por el colectivo, y porque buscar soluciones era su obligación. Pero la renovación no me hizo estar mejor.

-¿Cómo se vio en el último partido frente al Almería?

-Después de un largo tiempo sin jugar un partido, pensaba que iba a sufrir físicamente y que me iba a pesar mucho también el calor y la falta de ritmo, pero la verdad es que me encontré bastante bien y que no sufrí demasiado el no haber contado antes con minutos. Me sentí bien de piernas y de confianza para jugar como yo sé.

-¿Qué espera Matilla del final de temporada?

-Está claro que quedan pocos partidos, apenas dos, pero a pesar del mal año mío y del equipo voy a dar la cara. Lo primero es intentar jugar los partidos y acabar bien el año mentalmente y con buenas sensaciones. Y, por supuesto, dar el máximo por este club, que durante el año no lo hemos hecho, e intentar ganar a Valladolid y Osasuna. Además de que es nuestra obligación y de que estamos en deuda con la afición, que nadie piense cosas raras de nosotros.

-¿Y en el futuro?

-Renové con la idea total de quedarme aquí, estoy hecho a esta ciudad, en la que ya tengo a casi toda mi familia. Y mi primera opción es seguir aquí, coger una racha de partidos buena, asentarme y triunfar en el Betis plenamente, que es por lo que vine en su día y por lo que renové esta temporada. Estoy convencido, además, de que éste en Segunda División será un año de transición y que el Betis va a volver enseguida donde merece. Quiero subir al Betis, porque los futbolistas somos los principales culpables del descenso y ahora debemos ser los artífices del ascenso.

-Usted en Segunda fue el líder del Murcia, ¿puede serlo en este Betis?

-Sí. Está claro que mi idea es quedarme. En esta categoría el año pasado hice una buena temporada y marqué goles, por eso también mi única idea es quedarme aquí y triunfar. Es dura la Segunda, para nosotros y para la afición, pero los que nos quedemos lo haremos con todas las de la ley, para dar la cara y estar arriba desde el principio. En el plano personal, quiero hacer un gran año, como en el Murcia.

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