BALONCESTO l Cajasol

Dos claves para el resurgir

  • El técnico ha recuperado al equipo en lo psicológico y a Bennett en lo deportivo

Llegó al Cajasol como solución a la desesperada situación de un club que, tras una equivocada planificación, tenía que dar una respuesta de urgencia. Definitivamente, y a tenor no sólo de los resultados sino también del juego, Comas es la respuesta, una solución adoptada por el presidente de la entidad, Juan Carlos Ollero, que obedece a la coherencia y al conocimiento mutuo, más allá de los currículos.

Las dos victorias cajistas han dado otro aire a un equipo que adolecía de falta de confianza y ahora salta a la pista rebosante de ella. Ahí radica quizá el principal cambio de un equipo que ahora cree en sí mismo, y eso es fruto de la labor de un entrenador que ha intentado corregir antes que nada los males psicológicos de un grupo que antes apuntaba al delirio. No en vano, el propio técnico barcelonés destacó a su llegada que el trabajo moral sería lo primero que debería tratar, ya que se había encontrado una plantilla "muy tocada anímicamente".

Lo que ahora se gana, seguramente con la dinámica perdedora que le precedía, habría acabado en derrota, pero no es éste el único aspecto que ha propiciado un cambio evidente, ya que el equipo llega a los últimos minutos con el depósito lleno de gasolina. La ampliación de las rotaciones con la llegada de Bennett permite que jugadores como Ellis o Miles lleguen más descansados al final, y además el entrenador ha recuperado para la causa a un jugador que conoce a la perfección como es Ignerski -él lo trajo al Cajasol-, defenestrado por Magnano.

Pero si algo ha logrado Comas en estas dos semanas es acoplar las piezas de las que tanto se esperaba en pretemporada, y un papel clave en esto ha sido Elmer Bennett, que ha asumido el rol de líder hasta entonces ausente. El base conoce a la perfección la ACB, un factor que, al contrario, le ha acabado por pasar factura a Miles, cuya juventud y expectativas han pasado por encima suya. La dirección del juego de Bennett ha posibilitado que Ellis y Miso se centren más en sus labores anotadoras.

Pero no todo son buenas nuevas, ya que hay males que sólo con motivación no se pueden corregir. Destacaba el técnico en Gerona, tras su primer triunfo al frente del Cajasol, que el equipo había acudido poco al rebote, tanto al defensivo como al ofensivo, un error en el que volvió a caer el sábado contra el Manresa, algo preocupante si se tiene en cuenta la mayor envergadura de los sevillanos, que cedieron 13 rebotes al Ricoh en ataque, por sólo siete capturados por los locales. "Nos queda trabajo por hacer, pues todavía arrastramos reflejos del pasado", explicó el catalán tras el partido ante los manresanos en alusión a un mal que aqueja al cuadro hispalense desde el comienzo de la temporada.

Con todo, la mejora en números y en sensaciones es evidente, así como la mayor implicación de un grupo que se echó de menos con Magnano al frente. Comas ha conseguido dotar al Cajasol de una identidad propia que pasa por no bajar los brazos nunca. Más vale tarde que nunca.

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