El otro partido

Una copa para la ¿reivindicación?

  • Los tres señalados sólo pusieron los detalles de Sobis y la voluntad de José Mari

Decía Paco Chaparro en la previa del partido que la Copa era una oportunidad para aquellos jugadores que no vienen disfrutando de minutos en la Liga, que, precisamente, coincide con algunos de los señalados por el presidente en una declaraciones que no sentaron bien en el vestuario bético.

Dos ejemplos claros los representan Sobis y José Mari. El brasileño partió desde el inicio como el jugador más adelantado y mostró algo más de implicación que en otras ocasiones. Participativo sólo en ocasiones, cuando apareció fue un quebradero de cabeza para la defensa de Koeman. Sobis, al que León volvió a pedir ayer una aportación más acorde con la que se le presupone a un internacional brasileño, reconoce que no pasa por su mejor momento, y ayer le dio la razón al presidente, que le pide más.

José Mari, por su parte, lo intentó más que en otras ocasiones, sobre todo en el primer tiempo, aunque el resultado fuera el mismo de otras veces, nada. Chaparro se propuso a su llegada la recuperación del sevillano, pero la tarea será ardua, si al final es capaz de conseguir que José Mari se parezca al futbolista de primer nivel que alguna vez fue.

El tercer elemento lo representaba Babic, que sufrió en la banda izquierda con las entradas de Joaquín y apenas mostró esa zurda que Chaparro compara con la de uno de los mitos del beticismo como Rogelio. Mucho debe cambiar el croata, tanto en actitud como en forma física, para poder acercarse al nivel que demanda un equipo que pelea por evitar el descenso, ya no hablemos de las cotas mayores que se pregonan cada temporada en Heliópolis.

Pocas conclusiones extraerá Chaparro de la eliminatoria ante el Valencia, salvo la incapacidad de algunos de sus jugadores, al menos en este momento. Pero también debería reflexionar el técnico trianero sobre la ocasión perdida, pues el conjunto ché que se vio tanto en la ida como en la vuelta no se parecía al de las mejores épocas. Chaparro renunció desde un principio a intentar la pelea, algo entendible por la clasificación liguera del Betis, pero que también repercutió en el rendimiento de los jugadores, que pusieron ganas pero sin una excesiva intensidad.

Los casos de Fernando y Lima merecen comentarios aparte. El malagueño, con el que apenas ha contado Chaparro, parece más lejos que nunca de Heliópolis. Deja detalles de su calidad, como un gran pase a Caffa, pero no reivindica un lugar en el once. Lo del central es otra historia. No tiene culpa el brasileño de que lo trajeran a Europa cuando apenas había destacado en Brasil y ahora le toca a Chaparro inventar una defensa para jugar ante el Recre.

La Copa de la ¿reivindicación?, que es la que ha disputado el Betis, se fue sin un vencedor en verdiblanco. La amplitud de plantilla se ha demostrado que no existe, algo que otorga la razón al técnico cuando ha decidido reservar a sus mejores jugadores en cada partido. Los detalles de Sobis, la voluntad de José Mari y la poca aptitud de Babic para el lateral zurdo sólo fueron botones de muestra, pero que otorgan la razón al presidente. Aunque éste no sea el más apropiado para pedir ejemplo.

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