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Un cruce de vidas paralelas

  • Los de Quintana visitan el domingo al Bilbao Básket, que encadena siete derrotas en ocho partidos

  • El único triunfo de los bilbaínos fue contra el Joventut el pasado 14 de enero

Decir que cada partido es una final para el Betis Energía Plus no es nada nuevo. La salvación se complica con cada derrota y el equipo no parece capaz de recuperar la fortaleza de la que hizo gala el pasado diciembre, cuando encadenó nada menos que cuatro victorias.

Lo que entonces parecía un claro síntoma de mejora, el despegue definitivo, el fin a la mala racha, se esfumó según dio comienzo el nuevo año. Dos meses y medio después las perspectivas no son demasiado halagüeñas, y sólo el triunfo de hace dos semanas ante el Joventut (86-81) mantiene con vida a los de Óscar Quintana. Eso y que no son el farolillo rojo de la ACB, puesto que de momento ocupa el único equipo al que los verdiblancos han conseguido doblegar en 2018.

El Joventut es el único equipo ante el que han sucumbido béticos y bilbaínos en 2018Betis y Bilbao encaran el choque como una final, la enésima en las últimas semanas

Menos habituado está el Betis a medirse ante rivales que también atraviesan una complicada situación. Y ése no es otro que su próximo adversario, el Bilbao Básket.

Los de Veljko Mrsic aguardan con ganas al conjunto bético, con el que se verán las caras el domingo (12:30) en el Bilbao Arena. El choque se antoja clave en sus respectivas luchas por lograr la permanencia. Un rápido vistazo a sus trayectorias en la presente campaña lo confirma: siete derrotas por sólo una victoria -también contra la Penya- en los de los ocho partidos disputados en 2018.

Seis triunfos figuran en el casillero del Bilbao, lo que podría considerarse distancia suficiente respecto a la zona de peligro, máxime cuando lo escoltan Burgos, Betis y Joventut. Pero de esos seis triunfos, cinco datan de 2017. Es más, los hombres de Mrsic ni siquiera tienen una pequeña pero reciente alegría a la que asirse, como les ocurre a los de Quintana. Y es que su única victoria en ocho partidos data del 14 de enero. La sequía, pues, se prolonga ya dos meses.

Así las cosas, el duelo del domingo será una final, pero no sólo para el Betis y que se juega en territorio enemigo y ante un rival que confía en despertar de su letargo invernal. Por eso el Bilbao podría aprovechar las dudas de su adversario, que aún lamenta la victoria que dejó escapar en San Pablo ante el Andorra. Sin tiempo para echar la vista atrás, toca levantarse en Miribilla. Así lo exige cualquier final.

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