Los tres años de paz social tocan a su fin en pocos meses. Y vuelta la burra al trigo. ¿Quién no recuerda las peloteras por la normativa de jugadores en la ACB? Pues aquí estamos de nuevo, pues el convenio lleva tres años vigente y finaliza cuando concluya la presente campaña. Como consuelo queda que la Lega también anda revuelta para que las negociaciones lleguen a buen puerto con vistas al próximo curso y venideros.

Afecta a clubes y a los jugadores, pero por ahora no hay entendimiento tripartito entre los conversadores: ACB, ABP y FEB, con el CSD de Lissavetzky como mediador. "Decidimos en su día que no íbamos a hacer nada público hasta que no hubiera consenso o se rompieran las negociaciones". Quien habla es José Luis Llorente, cabeza rectora de la Asociación de Baloncestistas Profesionales.

Nadie se pronuncia, pero es que incluso más de la mitad de los clubes no tiene constancia del transcurso de las negociaciones -iniciadas en diciembre-, ya que trata el asunto de forma directa una comisión de la patronal de los equipos conformada por Real Madrid, Barcelona, Tau, Unicaja, Joventut, Akasvayu y Pamesa.

Algunas fuentes cercanas al asunto sostienen que el acuerdo está cercano, pero el propio Llorente, presidente de la ABP, decía ayer a este periódico que "hay negociaciones avanzadas, pero no se sabe sin concluirán bien o no. Lo mismo acaban en breve, en tres meses, o no se cierran, en cuyo caso tendría que decidir Lissavetzky -secretario de Estado para el Deporte-, pues es lo que marca la ley". Lo que sí expone la ABP es que no está previsto que se prorrogue la normativa vigente en estos momentos.

Actualmente, en una plantilla de 11 jugadores hay 4 seleccionables, 5 europeos y 2 extraeuropeos, con un sub 22 español más si se amplía la nómina a 12 integrantes. Uno de los puntos discordantes entre las partes parece ser la obligatoriedad de que hayan 5 seleccionables por cada plantilla de 11 jugadores, contraatacando la ACB -muy molesta por la actitud tan proteccionista con el español en el baloncesto de élite nacional y no en otros deportes como el fútbol- con la petición expresa de que los otros seis miembros del equipo puedan ser de cualquier nacionalidad del mundo, hecho que no es del gusto de la ABP ni de la FEB. También se habla de la opción de que exista siempre un jugador seleccionable en la pista, aunque este punto no tiene visos de éxito.

Los roces entre las partes no logran ser rebajados por Lissavetzky, quien pretendía que se llegara a un acuerdo completo antes de las elecciones generales del pasado fin de semana. Todos callados, los clubes esperan saber lo antes posible cuáles serán los cupos, siendo un asunto capital para la planificación de los equipos.