Baloncesto l Cajasol

La defensa, clave en el asalto al Pisuerga

Arrancar definitivamente en la ACB pasa por ganar en Valladolid mañana. Los jugadores del Cajasol tienen claro cuál es la teoría, pero ponerlo de manifiesto en la práctica será más difícil, ya que enfrente estará un rival que, ante su público, espera resarcirse del ridículo protagonizado hace apenas una semana en Málaga frente al Unicaja (103-65).

Pero el orgullo herido del Grupo Capitol no será el único problema del cuadro de Rubén Magnano, que visita un pabellón, el Pisuerga, donde no conoce la victoria desde la temporada 2002-03, cuando se impuso a los vallisoletanos por 69-85. Desde entonces, cuatro derrotas consecutivas alumbran a los sevillanos, que sólo han ganado en una de sus seis últimas comparecencias.

De aquel último triunfo sólo queda un superviviente en ambas plantillas, el local Óscar Yebra, por lo que poco se parece el choque de mañana al de entonces. Eso sí, la necesidad para ambos conjuntos es la misma, ya que ambos se encuentran ahora en la zona baja de la clasificación, con un balance negativo de 3-6.

Ganar significa mirar arriba y dejar atrás los fantasmas del descenso. Pero ganar, sin embargo, pasa por, ante el peor equipo de la Liga en defensa -encaja una media de más de 86 puntos por encuentro-, repetir el buen trabajo atrás que los de Magnano exhibieron contra el Axa Barcelona el pasado domingo. En este sentido, poco se habla del Cajasol en Valladolid, sino que la paliza y los problemas bajo el aro de los de Imbroda copan aún la actualidad vallisoletana. En este sentido, Nacho Rodríguez se mostró muy expresivo al explicar la situación que vive el equipo: "Estamos demasiado pendientes del ataque. Sólo defendemos cuando metemos canastas, así que, cuando fallamos, permitimos al contrario encestar con demasiada facilidad. No puedo estar contento, porque no estoy transmitiendo mi intensidad atrás a mis compañeros", manifestó el malagueño, quien, como su técnico, está muy preocupado por un problema que ya ha costado varias derrotas. "Si no mejoramos esto, no ganaremos a nadie", concluyó.

Los sevillanos parecen haber mejorado en este aspecto, pero un solo encuentro no es suficiente baremo para decir que el entrenador argentino del Caja ha dado definitivamente con la tecla, por lo que el encuentro es una prueba definitiva para saber qué equipo se verá de aquí en adelante: la cara positiva mostrada en San Pablo o la amarga que se arrastró en Menorca.

Al contrario que su rival, en el vestuario cajista sí que se ha hablado de la cita ante el Grupo Capitol, un compromiso clave para alcanzar el objetivo velado de la Copa del Rey. Para ello, repetir el resultado de pretemporada (75-70), conseguido en Los Corrales, es crucial, aunque ahora como visitante, lo que sería el primer triunfo a domicilio del curso.

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