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Sin delanteros, casi se acaba por quemar

  • Las entradas de Rubén Castro y Emana reactivan a un Betis romo al inicio · La falta de banquillo provoca que Mel tire de la cantera

No escondía Pepe Mel que la Copa del Rey era un marrón para el Betis, ante la carestía de efectivos en algunas zonas del campo. Y es que esa planificación de la que presume Luis Oliver, quien se arrojó toda la responsabilidad, obligó al técnico a otorgarle un descanso a sus únicos delanteros disponibles. Y casi le cuesta el partido.

El Betis hubiera ganado en el primer tiempo si las porterías estuvieran a los lados, parafraseando esa crítica con la que Maradona trató de menospreciar a España en el Mundial. Sin referencia arriba, donde Israel trataba de ofrecerse por las bandas, al Betis le costaba un mundo crear peligro. Con un Beñat mandón, cierto es que tampoco pasaba apuros, una vez salvado el arreón inicial del Granada, hasta esa jugada dudosa del penalti .

Mel se vio obligado a tirar de Emana y Rubén Castro cuando la remontada parecía un imposible. Pero la calidad de ambos y la expulsión de Abel abrieron el camino que se certificaría finalmente en la tanda de penaltis.

Defensa

Pasó apuros el Betis al inicio, tanto por el empuje local como por algunos errores en los despejes o en pases relativamente cómodos. Con el paso de los minutos, el equipo bético se dispuso ordenadamente en el campo.

En el centro de la defensa debutó Roversio, quien estaba realizando un partido correcto, pero que acabó siendo expulsado en una acción discutible.

Ataque

En el primer tiempo, el Betis fue un equipo horizontal, de mucho toque, pero sin profundidad. La acumulación de mediapuntas y un gran Beñat facilitaban un toque que no creaba peligro. Sería con Emana y Rubén Castro cuando el Betis enseñase los dientes y pusiera sobre el campo su mejor arsenal, lo que le fue suficiente para igualar un partido cuesta arriba.

Virtudes

Una nueva demostración de saber estar de Beñat y el buen entendimiento entre Rubén Castro y Emana. Sin olvidar a Goitia, que detuvo el penalti decisivo.

Talón de aquiles

La mala planificación, que deja a Mel sin prácticamente delanteros para afrontar dos competiciones. Casi se acaba quemando el Betis por conceder esa ventaja.

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