Cajasol

Un dilema: filial caro o jugador con buen salario

  • El segundo equipo del Cajasol alcanza los 600.000 euros de presupuesto esta temporada

Va para dos años el invento y no termina de convencer. ¿Para qué sirve un filial? ¿Merece la pena mantener un equipo con estructuras profesionales fichando extranjeros y españoles veteranos? ¿O deberían ser la mayoría canteranos aun perdiendo muchos partidos? El dilema está en el aire.

Lo primero que sorprende en la segunda campaña de andadura del filial del Cajasol en la LEB Plata -denominada LEB 2 el año pasado- es el dinero que recibe del club. Más de 500.000 euros el anterior curso -más 80.000 de canon al inicio- y unos 600.000 en la temporada actual son cifras relevantes para poder hacer un análisis profundo sobre la idoneidad de que la entidad hispalense, que suda la gota gorda para mantener al equipo en la elite del baloncesto nacional, soporte además un gasto que ronda los 100 millones de las antiguas pesetas. Con ese dinero hay más que suficiente para contratar a un jugador estadounidense de primera fila o dos nacionales de muy buen nivel.

Tampoco tiene las estructuras necesarias el club para mantener dos equipos profesionales, pues el conjunto filial sevillano debe contar obviamente con entrenadores, fisioterapeutas, médicos, jugadores foráneos a los que buscarles alojamiento... Todo influye y afecta. Otros clubes de la ACB cuentan con filiales en competiciones profesionales, pero con una diferencia: acuerdan con algún ayuntamiento que el equipo sea costeado por las arcas municipales, salvo alguna ayuda del club en cuestión, como encargarse de las fichas de los jugadores prometedores para el futuro.

La cesión de Antonio Bustamante, después de jugar a préstamos en varios equipos anteriormente y de ser el líder del filial en su campaña de estreno en la LEB 2, genera muchas dudas dentro del Cajasol sobre si sería mejor abandonar el proyecto. Ya hubo voces críticas cuando se creó y volvieron a producirse este mismo verano. Los jóvenes de la cantera no explotan y ése precisamente debe ser el fin. Ni Bustamante -aun habiendo estado este curso en el primer equipo-, ni Casanova, ni Bonhome, ni Aguilar, ni antes Sosa, van a tener hueco en el conjunto sénior, al menos a corto plazo y menos después de que ni Magnano ni Comas contaran con el primero de ellos.

Los consejeros Arturo Montequi y José Aguilar han sido firmes defensores de la apuesta por una cantera que no termina de romper en beneficio del primer equipo. Además, se recurre a extranjeros como Griffith, el pasado curso, o Gómez Camargo, éste, para que mejoren el nivel de la plantilla. El senegalés Michel Diouf es una de las principales esperanzas del filial, pero su condición de extranjero impide que pueda subir al conjunto de Comas. Veteranos ya formados como Álex Burgos, Tomás López o César Bravo... también engrosaron o engrosan las filas de la escuadra de Juanma Pino y una perla en bruto como el búlgaro Ivanov duró algunos meses en la plantilla.

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