La alarma por la pandemia de gripe A también tiene su repercusión en el mundo del fútbol, al tratarse de un colectivo que convive durante muchas horas y que podría verse afectado por estos casos por sus continuos desplazamientos. Así, el jefe de los servicios médicos del club, Tomás Calero, ofreció una charla al equipo para informarse sobre todos los protocolos de actuación, a la vez que advertirles de que informen inmediatamente si sienten algún síntoma de esta enfermedad. La plantilla mostró su interés por este asunto y también conoció de voz del galeno verdiblanco que el club solicitará la vacuna contra la gripe A, que será obligatoria para el equipo.

El gobierno español tiene previsto vacunar al menos a la mitad de la población, comenzando el próximo otoño por los grupos de riesgo (niños, embarazadas y todas aquellas personas con alguna enfermedad respiratoria) y luego empezar a repartirse en otros colectivos y ahí es donde el Betis pretende estar presente.

Pero la plantilla verdiblanca aprovechó la presencia de Calero para mostrar su inquietud por los asuntos del corazón, alarma que ha aumentado con el fallecimiento de Dani Jarque. Los jugadores preguntaron al galeno sobre la conveniencia de realizarse un mapa genético que permita controlar estas situaciones, algo que está siendo valorado por otros equipos. Calero tranquilizó a la plantilla, al asegurar que en el Betis estos asuntos están muy controlados (él pertenece a una unidad médica de cardiología) y que en el Betis se hace un estudio basado en las pruebas de esfuerzo, un electrocardiograma y un ecocardiograma, algo con lo que se controla estas situaciones. De todas formas, Calero apuntó a su plantilla que en estos asuntos del mapa genético aún se está profundizando, ya que incluso con esa prueba se dejan incontrolables asuntos como el de Jarque.