Final Liga Europa · Sevilla - Benfica · Estadísticas

Un dominio ineficaz ante Beto

  • El Benfica atacó y remató más que un Sevilla que volvió a exhibir su acierto en los penaltis.

La igualdad con la que comenzó el encuentro y que mostraba la estadística al descanso -14 ataques sevillistas por 17 de los lusos o tres remates a puerta por cuatro- fue virando con el paso de los minutos, en los que el Benfica impuso su dominio y percutió sin acierto la meta de Beto, quien se acabaría convirtiendo en el héroe de la final, como ya sucediera en Heliópolis, en una noche decisiva para lo que luego sucedería en la Liga Europa.

El conjunto benfiquista lo intentó del mil maneras, pero siempre sin acierto. Hasta 21 remates, 15 a puerta, acumuló el equipo de Jorge Jesús, que se estrelló ante el muro sevillista la mayor parte de las veces o con Beto, quien salvo en una acción por alto, siempre se mostró acertado en cada intervención.

Con el paso de los minutos, Emery fue replegando a su equipo, lo que erigió por encima del resto las figuras de su pareja de mediocentros, quizá la zona más poderosa ayer de los sevillistas. M'Bia lideró el capítulo de la recuperación, con esa colocación por delante de los centrales con la que acabó el partido; Carriço, por su parte, acumuló kilómetros y kilómetros con esas numerosas coberturas y siempre fue el sevillista con más distancia recorrida, aunque no lo fue del partido por el despliegue de André Gomes, que lo mismo aparecía para sacar el balón de atrás como para crear en zonas adelantadas.

En ese muro defensivo, por más que las estadísticas no lo resalten, también destacó Pareja, siempre bien colocado y atento para frenar cualquier intentona rival. Pero los números no son siempre definitivos.

El Benfica acabó llevando el peso del partido, pero la posesión se repartió casi a partes iguales, sobre todo por la superioridad sevillista en el primer tiempo, salvo en los cinco minutos finales. Apareció más compacto el equipo de Emery, ante un Benfica que acumuló demasiadas imprecisiones ante su deseo de salir siempre con el balón jugado y acabó con 114 pérdidas.

Esa tendencia al ataque del equipo lisboeta, que acabó con 14 acciones ofensivas más que su rival, no fue óbice para que el Sevilla dispusiera de ocasiones ante Oblak, como en esa asistencia mágica de Rakitic desde su propio campo con la que Bacca se presentó ante el meta esloveno para acabar disparando fuera con el exterior de su pie derecho.

El suizo-croata aglutinó el juego de ataque sevillista, siendo el que más asistencias repartió o el que más pases acumuló, señales de la importancia que adquiere en las citas decisivas. Ni siquiera le hizo falta aparecer en la decisiva tanda de penaltis, donde se le había reservado para el quinto, ante el acierto de Beto.

Como en 2007, cuando Palop fue decisivo para levantar la segunda UEFA sevillista, un portero se convertiría en el héroe sevillista. Primero, con una gran intervención a Cardozo por su lado derecho; luego, con otra a Rodrigo por el contrario. Los números señalan un dominio benfiquista en el partido de ayer, pero no en la historia. Será por Guttmann, será por el nunca se rinde. El Sevilla se llevó su tercera final europea, mientras que los lisboetas han perdido las siete últimas que han disputado. El sello de campeón está ahora en Nervión, que ayer encontró en Beto a su mejor cerrojo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios