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El drama se atenúa

  • Repetición El Betis alinea una vez más el mismo equipo para la colisión con el Racing Levedad La tragedia terrible de cada semana se ha paliado tras la buena racha de resultados

No es como para lanzar cohetes, pero resulta indudable que el Betis que se enfrenta esta tarde al Racing en el Nuevo Sardinero se halla menos urgido, con un más amplio margen de maniobra. Afortunadamente para la nave bética, la repetición de equipo y los buenos resultados viajan de la mano, por lo que el Betis afronta la cita con las huestes de Marcelino con un optimismo que no debe confundirse con euforia.

Lograr los diez o doce puntos que certificarían la permanencia son el objetivo prioritario para este Betis que no pierde desde la noche de Mestalla allá por la cuarta jornada de esta segunda vuelta. Los siete puntos alcanzados de los nueve últimos que libró han obrado de lenitivo para una situación que se antojó agónica durante bastantes pasajes ligueros y afrontar la cita cántabra de hoy con aquella congoja hubiese sido un drama más.

Y es que el que espera en el otro rincón es uno de los equipos más sólidos de esta Liga. Solidez que le llega por la solvencia del asturiano Marcelino García Toral, el hombre al que sólo separó del Betis el trámite de la firma. Tras su piropeada andadura en Huelva y su amago de entrenar al Betis, Santander está confirmando que la valía de este profesional está fuera de toda duda. Y en este estado de cosas, lo de esta tarde junto al Cantábrico se anuncia como un duelo de alto nivel entre el técnico que deseaban los béticos y un bético que se ha convertido en icono de sus correligionarios.

Duelo de titanes, por tanto, el de esta tarde en la húmeda tarde santanderina. Claro que si establecemos el paralelismo que permite la respectiva tarjeta de resultados nos encontramos con un favorito claro, el Racing. El equipo verde está cuajando la temporada más grande su historia, aún conserva posibilidades de ser, por primera vez, finalista copera y las tardes en el Sardinero se han hecho especialmente pasionales. Nada que ver cualquier cita del Racing con su gente a lo que siempre se estiló por estos andurriales. Y es que aquel Sardinero frío como un témpano, ideal para ir de visitante, se ha convertido en un avispero de claras connotaciones británicas, cánticos incluidos. No se olvide que un triunfo sobre el Betis pone al Racing en condiciones inmejorables de esperar lo mejor de cuantos frutos ofrece la Liga. Por lo tanto, que no crea el Betis que continuar su impresionante racha santanderina será cosa fácil, ni muchísimo menos.

Este Racing que ha encontrado en Toño un inesperado seguro en la retaguardia basa su potencial en el orden y en una presión con fe de carbonero que cuenta con un trabajo tremendo en el centro del campo mediante Colsa y Duscher para que Munitis, si regresa hoy al once inicial, haga mil y un estropicios por la media punta a fin de que Smolarek o Tchité, o quien sea, hagan ese golito que tan bien rentabilizan. No se olvide que el equipo de Marcelino tiene muchos más puntos que goles a favor, 41 puntos y únicamente 25 goles conseguidos en 26 partidos.

Pero vayamos a los grandes números, al balance del equipo racinguista en calidad de anfitrión. Ha jugado en los Campos de Sport doce veces, ha ganado en siete, ha firmado tablas en tres y sólo ha caído en dos ocasiones. Ganaron aquí Atlético de Madrid y Villarreal, empataron Barcelona y Espanyol para que entregasen la mochila completa los demás; a saber, Almería, Athletic, Getafe, Levante, Mallorca, Valencia y Valladolid.

Es una andadura inobjetable la de este Racing que ha desatado, quizá por primera vez, la racingmanía en la capital cántabra y aunque se mira muy de cerca lo del Miércoles Santo aquí, la vuelta copera con el Getafe, ganarle al Betis es objetivo prioritario para las huestes que maneja este asturianín que pudo ser el entrenador del Betis cuando apretaban las calores y del que aquí se asegura que irá a Sevilla el próximo verano, pero no a Heliópolis sino a Nervión, no con Manuel Ruiz de Lopera sino a lo que ordene José María del Nido. Afecte o no a la línea de flotación sevillista, es un clamor aquí, desde el Cañadío a Puerto Chico, que Marcelino tiene todas las papeletas para ser el inquilino del banquillo local del Sánchez Pizjuán.

Pero eso se nos importa una higa cuando estamos a horas de que el Real Betis Balompié comparezca 266 días después en el rodeo donde se le conmutó la pena que sufrió durante diez minutos agónicos en aquel domingo de junio. Y lo mejor de este Betis con el nivel mejorado es que no hay que entrar en especulaciones sobre la alineación. Van a jugar los que vienen jugando. Ricardo en la portería escudado en Damià, Melli, Juanito y Fernando Vega, trivote ecuatorial con Arzu, Rivera y Capi para un ataque que se ha convertido en la gran esperanza verdiblanca, el compuesto por Edu, Pavone y Mark González.

Aquí no se corresponde el calor ambiental con la meteorología. Ha llovido mucho y más que puede llover cuando el tolosano Miguel Ángel Pérez Lasa ordene que empiece el baile. Nueve puntos y cinco puestos es la distancia existente entre el Racing y el Betis, una nimiedad si tenemos en cuenta que todo podría ser infinitamente peor. La reacción del Betis de Paco Chaparro ha servido para que lo que antes era un drama, ahora se haya atenuado. Pero, ojo, que en esta Liga de hogaño, lo mismo tocas el cielo que, en dos partidos, reapareces en el infierno.

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