Alejandro Valverde ganó la primera etapa del Tour y tomó el mando de la carrera, pero las dudas sobre su implicación en el doping continúan, aunque estén silenciadas.

"Ningún comentario sobre esta cuestión", dijo el murciano. Por esas sospechas que lo vinculan con el doctor Eufemiano Fuentes, cerebro de la Operación Puerto, estuvo a punto de quedarse sin participar en el Mundial de Stuttgart hace diez meses al ser declarado persona non grata. En cambio, es bienvenido en un Tour en busca de estrellas y es el undécimo español que se viste de amarillo en sus 105 años de historia.

L'Equipe no mencionó el asunto Fuentes y calificó a Valverde como "el duque de Bretaña", región por la que discurre ahora la carrera.

Pero el doping seguirá persiguiendo al ganador de la Lieja-Bastoña-Lieja, quien desea seguir las huellas de Alberto Conzador, que no puede participar porque su nuevo equipo, Astana, no recibió invitación por su implicación en escándalos por doping.

Valverde, que aseguró que desearía que Contador estuviera, respondió con calma a todas las preguntas sobre el dopaje. Dijo que si la fiscalía italiana lo desea, estaría a su disposición "sin problemas". El Tour hace una escapada a Italia del 20 al 22 de julio.

Ni los oganizadores ni los rivales parecen sentirse engañados por el corredor del Caisse d'Espargne. "El problema es siempre el mismo. En tanto no haya pruebas no diré que tengo problemas en correr contra Valverde", dijo el alemán Sebastian Lang, que antes del Mundial criticó la desigualdad de oportunidades que hay en el pelotón respecto al doping. A la pregunta de si tenía la sensación de correr en el actual Tour de Francia contra cilistas dopados, Lang dijo: "Se puede contestar de una manera u otra". Pero el corredor del equipo Gerolsteiner quiere concentrarse en su profesión y no tiene ganas de "hacer de Sherlock Holmes".