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Al eje se le agregan ya satélites

  • Musonda y Dani Ceballos, al alza, completan la columna vertebral: Adán-N'Diaye-Rubén Castro. El gen competitivo de Merino, un plus.

El Betis encara el derbi de Nervión con la tranquilidad de saber que la temporada que viene volverá a jugar en este mismo escenario. No es que haya cumplido con su obligación, pero al menos sí ha sellado el objetivo mínimo de la permanencia y ello le permitirá medirse con el Sevilla sin la presión que le hubiese supuesto tener cinco o seis puntos menos en la mochila.

En situaciones semejantes cabría esperar que esa falta de presión se tradujese en escasa tensión en el centro del campo, pero en un derbi esto se antoja imposible. Además, hace una semana en Vigo e incluso ante Las Palmas este equipo demostró que tiene agallas para competir medio en chanclas, situación en la que ya acudió a estos partidos. Es, quizá, una medicina nueva, el gen competitivo que le ha otorgado Juan Merino en determinados momentos del curso.

Aunque, cambio de entrenador al margen, las claves en la mejoría del Betis en la segunda vuelta han sido las incorporaciones de Musonda y Montoya, el paso al frente de Dani Ceballos e incluso la mayor aportación de Vargas, dos meses lesionado durante la primera vuelta.

sin balón

Si por algo ha destacado el Betis esta temporada es por no ser un equipo fiable ni identificable en casi ninguna de las facetas del juego. La inexistencia de un bloque, debido a que los mimbres no son los adecuados, a los altibajos en los momentos de forma de los futbolistas y el cambio de entrenador, es lo que ha marcado, principalmente su estilo de juego. Sí ha mejorado en que últimamente sufre menos sin balón, amén de que la presencia de Bruno, al que Merino sacó unos partidos del once inicial, lo ha dotado de cierta seguridad para que el equipo no se acule.

Cuando se ve asediado, comete menos errores, aunque siempre en función de quienes jueguen atrás: Montoya, Bruno y Vargas son los más fiables. Por delante, con Petros hay más dinamismo y presión pero a la vez más desorden. N'Diaye lo sostiene.

Aunque, pese a errores puntuales últimamente, lo mejor está en la portería. Y no sólo por lo que detiene Adán, sino por lo que aborta en balones laterales.

con balón

Ya sea como medio de cierre o partiendo desde la izquierda, Dani Ceballos se ha erigido en el faro del equipo, que ha encontrado un socio de garantías en Musonda, casi siempre posicionado para recibir el balón y desbordar, y otro inesperado en Joaquín desde su posición más centrada. Es en esos metros de la mediapunta donde el Betis es capaz de tener el balón los segundos justos para que aparezca Rubén Castro. El problema lo encuentra cuando el rival se repliega en exceso, ya que denota una falta de ritmo de juego para romper líneas y, fuera de casa sobre todo, los laterales ayudan poco para abrir el campo.

lo mejor

La pegada de Rubén Castro, que asoma buscando su plusmarca goleadora y Adán. Aunque ya no son sólo ellos.

lo peor

Los altibajos, frutos del cambio de técnico y la escasa calidad.

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