Deportes

Y sin embargo vibrante

  • Betis y Sevilla disputan uno de los duelos más desiguales de la historia, con los locales agarrados al sueño de la salvación y los visitantes en su mejor momento de la temporada

El orgullo está en juego. En Sevilla se anuncia una Semana Santa que, como novedad con respecto a los últimos años, se acerca limpia en lo climatológico, y el pistoletazo de salida lo va a poner un derbi con todas las de la ley. Quizá para uno de los bandos, el verdiblanco, no llega con la fuerza que siempre tiene este tipo de enfrentamientos, con mucho más en juego para los sevillistas, pero nunca se pueden decir cosas así porque el prisma cambia cuando cada cual se va para su casa y la alegría quedó en uno de los barrios.

Aún no se han apagado, casi, los ecos del último derbi. No se puede decir que haya hartazgo de derbi, porque cada uno es distinto al anterior y no hay dos derbis iguales. Y con esa idea acuden esta mañana radiante de Domingo de Ramos los dos equipos con mucho en juego y con deseos de fastidiar al contrario. Sí puede decirse que lo que más llama la atención de este duelo es la diferencia en autoestima con que cada uno lo afronta. Para los amantes de estas cosas que después casi nunca tienen que ver con lo que sucede en el campo, el derbi número 120 de la historia de la rivalidad sevillana llega con un equipo en su mejor momento de la temporada, con su afición en explosión de júbilo, y otro en un languidecer continuo y progresivo, con la guadaña del descenso cada vez más cerca a no ser que el milagro tome forma carnal y el equipo de Calderón lo gane todo de aquí al final de la temporada. Claro, que para eso debe empezar hoy y enfrente va a tener el Betis al equipo más en forma de la Liga en el último mes y medio de competición. Ni Atlético, ni Barcelona ni Real Madrid..., el Sevilla de Unai Emery es el equipo que más puntos (21) ha sumado en las últimas ocho jornadas, se merienda a campeones de Europa en su estadio y practica un fútbol muy difícil de frenar para sus rivales.

Está claro que si hay que señalar a un favorito, por aquello del tópico y la costumbre que requiere la necesidad de rellenar páginas en las previas de un partido así, ése sería el equipo nervionense por el momento en el que se encuentra. Pero esto es un derbi y aquí entran en juego muchos más factores. Uno es el factor campo, aunque es cierto que si bien en el partido de la primera vuelta en la Liga sí que se hizo valer, no puede decirse lo mismo de los dos últimos duelos disputados entre ambos, sendos 0-2 en competición europea que destrozaron cualquier pronóstico que quisiera regirse por la lógica.

Y los verdiblancos tienen todavía fresco en su memoria cómo se sobrepusieron al favoritismo del Sevilla en el Sánchez-Pizjuán en la ida de los octavos de final de la UEFA Europa League. Luego, la eliminatoria tuvo otro recorrido bien distinto, pero ese partido determinado lo ganó con un resultado claro y los sistemas de competición nada tienen que ver. Ganar hoy significa sumar tres puntos que tienen su valor en la tabla clasificatoria. Para el Betis, aunque es prácticamente un imposible a diez puntos de la frontera de la salvación, significaría seguir creyendo en el milagro, mientras que para el Sevilla sería hacerse fuerte ante el Athletic, al que aún tiene que visitar, en su pelea por la cuarta plaza, que antes de empezar la jornada dista a seis unidades.

Ninguno de los dos equipos se va a guardar nada. Ni siquiera el esfuerzo realizado por los nervionenses el pasado jueves ante el Oporto llevará a su entrenador a hacer muchos cambios en el once. Partiendo de la base de que tiene una plantilla en la que cualquiera puede entrar en el once sin que el rendimiento colectivo se resienta, precisamente ahora está en un momento de la temporada en el que el fondo de armario está dando el callo. Es decir, que para el Sevilla viene a ser lo mismo que juegue Bacca o Gameiro, M'Bia que Iborra o Alberto Moreno que Fernando Navarro. En un equipo lanzado viene a ser casi lo mismo que jueguen unos u otros. Ni el mismo Rakitic, el jefe y capitán, es imprescindible, como este equipo ha demostrado no hace mucho, en Pamplona por ejemplo.

En el bando local, la esperanza la pone esa nueva imagen que ha llevado la esperanza al beticismo. Con Calderón y la frescura de los Adán, N'Diaye o Baptistao, el Betis ha movido las líneas del encefalograma. Para desgracia de su suerte, los resultados no han ido al ritmo de la mejoría de juego que ha experimentado en muchos partidos, sin ir más lejos la pasada semana en el campo del Barcelona, donde también fue perjudicado por decisiones arbitrales.

No olvida el bético que sufre las miserias de todo lo que le ocurre a su equipo y a su club la que pudo ser la noche más triste de la temporada, la derrota ante el Málaga en el Villamarín, un partido del que podrán acordarse con rabia si hoy salen ganadores del duelo ante el Sevilla.

Con Lolo Reyes sancionado, a Calderón no le queda otra que tirar con todo el arsenal que le queda y poner sobre el campo todo lo que pueda para que el choque se parezca al último derbi del que salieron ganadores los heliopolitanos, el 0-2 europeo del Pizjuán.

Es Domingo de Ramos, la temperatura y la humedad sobre el césped a la hora del partido se prevén altas, al igual que en la grada por mucho que no sea un enfrentamiento con tanto en juego para uno de los contendientes como cuando en el calendario quedó fijado un partido que, siempre, sea como sea, tiene algo distinto a los demás. Derbi...

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios