Contra pronóstico, el Betis C no pudo pasar del empate ante un Estepa que se tomó el encuentro como la prueba de "no salir derrotado bajo ningún pretexto". Y lo logró. El filial verdiblanco encontró en el adversario estepeño un duro escollo, una férrea zaga contra la que se estrellaron una y otra vez los atacantes béticos.

Y eso que la muchachada verdiblanca destacó por un empuje digno de todo elogio. El equipo se movía al unísono, la pelota circulaba con fe, pero la zaga visitante no ofreció ningún rescoldo por el que el que pudiesen colarse los delanteros locales. Y si había hueco, allí estaba el meta Sergio para desbaratar todo peligro de gol.

El Estepa, que vaga temerariamente por las posiciones de descenso, llegó a Dos Hermanas a hacer su partido. Con el líder enfrente, tocaba el cierre con pestillo. Y a aprovechar el probable despiste del contrario. Éste llegó en el minuto 81, cuando Alberto mostró con creces su olfato de gol: uno a uno en el marcador.

De ahí al final, con el Estepa arañando segundos de donde podía, apenas quedó tiempo para que el Betis C se llevara el partido.