Atlético-Betis · Informe técnico

La espesura de las melenas

  • Esta vez fue un 4-3-3 más consistente, con tres medios aplicados y solventes en la presión y el repliegue y una zaga que concedió menos metros a sus espaldas.

Si Mel hubiera sido el entrenador del Atlético, en la sala de prensa hubiera argumentado que su equipo llegó bastante más, que también tuvo más la pelota y que por eso la derrota le parecía inmerecida: lo que el madrileño se ha hartado de repetir en esa racha de un solo punto sumado de treinta disputados. Pero como Mel sigue entrenando al Betis porque así se lo ha ganado, arguyó tras el partido que su equipo se lo había trabajado y que "en el fútbol no tienes que darle muchas vueltas". Pues eso, que no le dé muchas vueltas. Otras veces jugó mejor y no ganó. Ayer jugó menos bonito, pero ganó. Y lo hizo porque el Betis se dispuso de un modo más coherente con su potencial físico y técnico. Más arropado atrás, con menos metros entre la zaga y Casto, y con tres medios disciplinados en la presión y el repliegue, para aguardar un momento de debilidad de un nervioso rival. Así fue.

Defensa

Dos centros colgados a ese rematador puro que es Falcao anunciaron otro partido de temblores en el corazón de la defensa verdiblanca, pero después de esos dos remates en los minutos 3 y 6 se vinieron arriba de forma inopinada tanto Amaya como Dorado, que sin duda cuajaron su mejor partido como béticos. Agradecieron el fútbol plano, previsible y poco dinámico del Atlético, cuyas piezas apenas se movieron sin el balón, ni tiraron desmarques, ni buscaron la espalda de la defensa. La línea de retaguardia de los béticos actuó esta vez menos adelantada, lo que dio confianza a sus efectivos, que sufren si hay demasiados metros hasta Casto. El Atlético se dedicó a colgar balones: Arda, Filipe Luis desde la izquierda, Gabi o Juanfran desde la derecha. Y casi todos los despejaron los stoppers. Y los que cazaron los rojiblancos siempre fueron en posiciones muy forzadas, con un bético dificultando su remate. La excepción fu el cabezazo de Adrián buscando el contrapié de Casto, que reaccionó con agilidad (75').

Por delante de la defensa, Cañas se adueñó de la parcela central, más anclado, mientras que Beñat e Iriney acudían a apretar algo más arriba para dificultar el inicio de las jugadas. La conexión con Diego fue dificultosa para los atléticos sobre todo por la labor de Cañas.

Ataque

Esta vez salieron dos falsos extremos, como son Pozuelo y Jonathan Pereira, más Rubén Castro con querencia a las zonas interiores. Pero los tres intercambiaron sus posiciones y negaron las referencias arriba. Echaron en falta pases que los situaran en ventaja para generar el peligro. No obstante, la contención de los locales flaqueaba, los nervios iban a más con los minutos y era cuestión de aprovechar una debilidad, como así fue.

La entrada de Jefferson y sobre todo Santa Cruz dio frescura y recorrido a los contragolpes.

Virtudes

Pepe Mel ya sabe que al fútbol no hay que darle muchas vueltas: mejor adaptarse a lo que hay, aunque haya que dar un pasito atrás.

Talón de Aquiles

A la primera parte del Betis le faltó trabazón entre los tres medios y los tres delanteros.

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