Cajasol - herbalife gran canaria · la crónica

Pues sí, hacía falta un base

  • La entrada del novato Radicevic cambia el partido, dando otro ritmo al equipo en la segunda parte. El triunfo alivia, pero a Aíto aún le queda trabajo por delante.

Con sufrimiento. Claro. No podía llegar de otra manera el primer triunfo de la temporada para un Cajasol que lo pasó mal, muy mal, en la primera parte y que acabó respirando cuando el Gran Canaria, que por momentos lo tuvo contra las cuerdas, bajó los brazos tras la aparición de un chaval de 18 años. Radicevic, el último en llegar, otorgó a los de Aíto una dirección de la que carecían hasta ahora. El serbio fue el primero (y el único) en ponerle cabeza al juego. El primero en levantar la mirada buscando al compañero mejor posicionado, más allá de limitarse a subir el balón, convirtiéndose en el revulsivo que cambió un duelo que iba por el mismo camino de los anteriores. No hay, sin embargo, que echar las campanas al vuelo. Es joven, se equivocó algunas veces y lo seguirá haciendo, pero parece que por fin tiene el equipo una de las piezas que le faltaba.

Y es que al final va a ser que sí que necesitaba un base el conjunto hispalense. Tres jornadas le han bastado al técnico cajista para comprobar que Tepic no puede llevar la manija. También es cierto que, en el momento clave, los insulares bajaron en sus prestaciones, pero ello no le resta méritos a un Cajasol que mejoró en defensa en la segunda parte (12 pérdidas del rival en estos 20 minutos). Aun así, tiene el grupo mucho trabajo por delante para actuar con una mayor regularidad y no mostrar dos caras bien distintas. Y es que en el primer tiempo sobrevolaron los fantasmas sobre San Pablo, cuando los de Pedro Martínez se pusieron 11 puntos arriba. Muchas cosas hay que cambiar. Demasiadas. Para empezar esas pájaras y atascos ofensivos que pueden hacer que un partido se pierda en un suspiro.

Bogdanovic y Holland llevaron el peso ofensivo en el primer cuarto. Tenía soluciones en ataque el equipo sevillano, pero atrás se repetían los errores ya conocidos. El equipo abría el pasillo para que los rivales entrasen hasta debajo de la canasta. ¿Por qué? Incomprensible. Y Newley aprovechó el espacio para jugarse cada balón que le llegaba a las manos, ya que la segunda personal de Toolson (acto seguido la de Buckman también) dejó a los canarios sin un referente en ataque. Pero llegó el bajón. En los visitantes apareció Nelson, desaparecido hasta entonces, para comenzar a abrir brecha aprovechando las facilidades que daban en la pintura los locales. Y eso que éstos ganaban en centímetros. Pero ni por esas. Cada error andaluz lo aprovechaba el Gran Canaria para con un espectacular 5/7 en triples (bastante repartido) en este cuarto irse a los vestuarios con una renta de 10 puntos con una facilidad que daba miedo. No ya por el resultado, sino por las sensaciones. Tras el enésimo tiro exterior, esta vez de Beirán (25-37), comenzaron a escucharse pitos. Suerte que quedaba poco para el descanso, aunque 30-40 no hacía pensar nada bueno.

Entonces, tras el paso por los vestuarios, apareció Radicevic. Un destello de luz en la sombra. Un niño con apenas 18 años que tiene pinta de convertirse en el base que tanto buscó el Cajasol en verano. El serbio, pura electricidad y desparpajo, hizo lo que nadie antes en el conjunto sevillano siquiera intentó. Penetrar, asistir, leer el juego... El cuadro hispalense empezó a jugar al baloncesto, a jugar como equipo buscando al compañero mejor colocado y no cada uno creándose por su cuenta y riesgo el lanzamiento. Y eso que sus números, estadísticamente, no fueron brillantes, pero contagió a los suyos su desparpajo, alegría y confianza y lideró una remontada cimentada desde la línea de 6,75 metros. Un triple de Holland, dos de Bogdanovic y otro de Sastre cimentaron un 13-0 de parcial con el que el conjunto hispalense se metió en el choque (46-44). Radicevic abusó de su descaro y el Cajasol se limitó a probar suerte unos minutos desde el triple dando aire al rival, y los 10 últimos minutos dictarían sentencia.

Pero los de Aíto, una vez recuperada la moral, iban lanzados mientras que los canarios entraron en una espiral de errores propiciados por la mejora defensiva cajista eligiendo malas opciones en el tiro casi siempre. La primera canasta canaria llegó transcurridos ya cinco minutos del cuarto, y eso lo aprovecharon Holland, muy acertado, y Asbury para rematar la faena, con Triguero amargando a Nelson la existencia. Intensidad y cabeza. Lo que no hubo en las tres jornadas anteriores. La lección está aprendida, aunque todavía hay mucho que me

Ficha técnica:

74 - Cajasol (17+13+21+23): Bogdanovic (18), Asbury (9), Satoransky (9), Holland (16), Buckman (-) -cinco inicial-, Triguero (4), Tepic (-), Sastre (11), Balvin (-), Radicevic (5) y Burjanadze (2).

63 - Herbalife Gran Canaria (15+25+14+19): Nelson (10), Toolson (11), Bellas (5), Domínguez (0), Newley (14) -cinco inicial-, Guerra (-), Beirán (10), Scheyer (8), Báez (2), Alvarado (3) y Prestes (-).

Árbitros: García González, Perea y Fernández. Sin eliminados.

Incidencias: Partido de la cuarta jornada disputado en el Municipal de San Pablo y presenciado por unos cuatro mil espectadores.

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