Y ya van nueve. Nueve derrotas consecutivas del Sevilla Atlético, que volvió a caer en casa del Cádiz en un partido en el que apenas inquietó a un rival que se sintió muy cómodo durante los noventa minutos. Sólo la falta de puntería de los amarillos impidió que el filial regresara a la capital andaluza con un saco mayor de goles en contra.

Sólo pareció meterse en el partido cuando Carlos Fernández logró recortar distancias en el marcador y colocar el 2-1. Para entonces, quedaban algo más de diez minutos de partido y durante unos instantes se pensó en que puntuar era posible. Pero la ilusión de sumar se desvaneció apenas 240 segundos después, los que tardó Salvi en quebrar a Konyk y colocar el tercero para su equipo.

Hasta su gol, el equipo de Luis García Tevenet apenas compitió, dejando claras sus carencias. Una ocasión de Carlos Fernández en el primer minuto tras un robo del propio delantero fue el único acercamiento realmente peligroso del filial en el Ramón de Carranza. Un espejismo que pronto se descubrió. Lo que tardó el Cádiz en abrir la lata por medio de Álvaro García, que aprovechó un balón muerto para hacer el gol.

El segundo no se hizo esperar mucho. Jona aguantó la pelota en el área ante las embestidas de la zaga sevillista y con el rabillo del ojo vio la entrada de Álex Fernández en el área. A su paso le mandó un balón picado por encima de la defensa, un regalo que el mediocampista local no quiso desperdiciar. Pudo incluso sentenciar el cuadro local, pero Berrocal sacó bajo los palos el disparo de Jona.

Tras el paso por vestuarios, el Cádiz contemporizó las posesiones y jugó al ralentí. Pese a ello, llegaba de forma fácil a las inmediaciones de la portería de Ondoa. Sólo el gol de Carlos Fernández dio algo de vida al filial, aunque Salvi, con un golazo que dejó señalado a Konyk, se encargó de devolver la ventaja al marcador. Moha cerró la goleada en el tiempo añadido.