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La fe 'verde' obtiene un premio histórico

  • Eslovenia se proclama campeona contra pronóstico liderada por Dragic y Doncic, quien se retiró lesionado

El jugador de Eslovenia Luka Doncic, lesionado durante el partido, celebra el triunfo en el Eurobásket.

El jugador de Eslovenia Luka Doncic, lesionado durante el partido, celebra el triunfo en el Eurobásket. / j. c. hidalgo / efe

Eslovenia ganó contra pronóstico su primer oro europeo después de vencer a Serbia en una final que será recordada por la lucha y entrega de los jugadores de los dos equipos, tal vez los equipos más competitivos de un torneo en el que el esloveno Dragic fue elegido MVP del torneo y Pau Gasol, el mejor pívot de un quinteto ideal que completaron Doncic, Bogdanovic y Shved.

Dragic, autor de 35 puntos, acabó agotado y el madridista Doncic con una torcedura de tobillo, mediado el tercer cuarto. Fueron los mejores, junto con Prepelic, de una Eslovenia que luchó con una energía y fe infinitas.

Con los dos equipos lanzados al ataque y con pocas precauciones defensivas, Eslovenia quiso dominar desde el inicio, pero apenas consiguió una leve ventaja antes de que Serbia tomara la delantera en ese sube y baja de ataques rápidos, plenos de fuerza, tensión y espectacularidad.

En el segundo cuarto, Eslovenia salió con más fuerza y Serbia aceptó el reto y le metió más intensidad al partido. Eslovenia respondió con una contra finalizada con mate por Doncic, dentro de un parcial de 11-0 en apenas dos minutos.

Dragic asumió el protagonismo y anotó canastas de todos los colores. Serbia reaccionó fugazmente con Bogdanovic tirando de galones, pero Dragic abortó cualquier reacción con dos triples seguidos. Fue un auténtico martilleo del aro serbio, Dragic anotó veinte puntos en este segundo cuarto, pero es que su equipo se fue hasta los 36, con Serbia anotando 25. Una oda al baloncesto de ataque, sin duda.

Serbia siguió sin volver la cara al partido y con dureza, con calidad y con experiencia fue poco a poco descontando la ventaja eslovena. Serbia aprovechó la lesión de Doncic y el cansancio de Dragic, añadiendo más presión a una final vibrante, tensa, peleada, dura y apasionante.

La exuberancia ofensiva de los eslovenos se agotó porque la defensa serbia comenzó a emplearse a fondo. Con la nueva entrada de Dragic -nueve puntos en el tercer cuarto-, Eslovenia tomó una bocanada de aire y llegó al final del tercer cuarto con un 71-67, tras dos grandes acciones de Bogdanovic que no quiso pasar sin protagonismo por la final.

Eslovenia volvió a la carga en el inicio del último periodo. Con un líder fuera de combate -Doncic- y otro extenuado -Dragic-, Serbia supo encontrar la brecha para devolver el partido a la igualdad con seis minutos por delante.

Macvan devolvió la ventaja a Serbia (77-78), pero Eslovenia, pese a no tener a Dragic ni a Doncic en la pista, supo encontrar en la fe la energía necesaria para acabar ganando por 93-85 .

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