Con el definitivo penalti de Kevin Gameiro, que otorgaba la tercera UEFA, los sevillistas estallaron de alegría en el Auditorio Rocío Jurado de La Cartuja, donde se había instalado una pantalla gigante para todos aquellos aficionados que no habían podido desplazarse a Turín. Todos ellos y muchos más que salieron de domicilios particulares o bares se congregaron en la Puerta de Jerez, que una hora después de la finalización del partido ya aparecía tomada por miles de sevillistas.

El ambiente en el Auditorio fue el de las grandes noches. La fiesta comenzó antes del inicio, con la entonación del himno del centenario. Los sevillistas querían hacer llegar sus voces hasta Turín, donde los más afortunados también recibían a su equipo con el himno de El Arrebato.

La tensión fue apareciendo con el paso de los minutos. Mordidas de uñas, silencios y aplausos para cada acción sevillista o para la entrada de Kevin Gameiro, que llenó de esperanza a los nervionenses. Antes de la prórroga, de nuevo el himno del centenario, quizá la mejor conjura que ha encontrado la afición de Nervión para los momentos más importantes de su equipo.

La alegría, como no podía ser menos, se inició con las paradas de Beto en la decisiva tanda de penaltis y definitivamente estallaría tras el lanzamiento de Gameiro. Sí, la tercera Copa se vendría desde Turín a Sevilla, como ya predijo el presidente, José Castro, en la previa. "¡Campeones, campeones!" o "Vamos mi Sevilla, vamos campeón", se convirtieron en los cánticos más escuchados en otra madrugada de felicidad para los sevillistas. 

Imágenes: Mariano Valladolid

El goteo de aficionados continuaría hasta bien entrada la madrugada hacia la Puerta de Jerez, ese punto neurálgico de las celebraciones sevillistas que este jueves volverá a acoger al equipo tras el paseo por el Guadalquivir. Preparado desde la mañana, el lugar del casco histórico más sevillista acogió una fiesta que no cesa.

Como no podía ser de otro modo, los vítores se centraron especialmente en el héroe del partido, el portero portugués Beto, aunque compartidos con M'Bia, decisivo en Mestalla, dos extranjeros que se han ganado un hueco en el corazón sevillista.

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