Nadie quiere personalizar en el ascenso del Betis, pero tres figuras destacan por encima de todas. Pepe Mel, Rubén Castro y Jorge Molina han superado todos sus registros para llevar al equipo verdiblanco de nuevo a Primera, como ya consiguieran en la temporada 2010-11. Son los únicos, junto a Álex Martínez, que se mantienen -el entrenador regresó tras su despido del año pasado- de aquel ascenso. La buena química existente entre los tres ha sido una de las bases en las que se ha cimentado el Betis para proclamarse campeón.

Los números del cuadro bético desde la llegada de Mel lo dicen todo. 51 puntos tras 15 victorias, seis empates y una sola derrota; el mejor equipo tanto de local como de visitante; 47 goles a favor y 16 en contra; récord de triunfos consecutivos lejos de Heliópolis; y una tremenda dinámica con nueve triunfos y un empate en los diez últimos partidos. El regreso del preparador verdiblanco fue decisivo para confirmar la mejoría experimentada con Juan Merino, sustituto interino de Julio Velázquez. Con Mel en el banquillo, el Betis ha acabado gobernando con autoridad la categoría, pese a que sus rivales directos, sobre todo Girona y Sporting, tampoco han bajado el ritmo. De hecho, los verdiblancos han tenido que llegar a los 84 puntos para asegurarse el campeonato, 13 más que el Eibar que acabó como primer clasificado la pasada temporada.

El retorno de Mel no sólo imprimió un estilo al equipo, sino que recuperó para la causa a Jorge Molina, el mejor compañero posible de Rubén Castro, esa media naranja que siempre ha tenido en Mel a su mejor consejero. La pareja de delanteros ha superado todos sus registros para convertir al equipo en una máquina de ganar.

Jorge Molina sumó ante el Alcorcón su decimonoveno tanto de la temporada, uno más de los que sumó en el ascenso de la 2010-11. Defenestrado en el primer tramo de esta campaña, el regreso de Mel reactivó al alcoyano, que ha anotado 17 goles en ese periodo. Su entendimiento con Rubén Castro, compañero de confidencias desde hace cinco años, ha sido otra de las claves del ascenso.

El rendimiento del canario, por su parte, ha sido espectacular. Con 32 goles, Rubén se ha encargado de superar cada reto que se le iba marcando durante la temporada. Máximo goleador histórico de la entidad con 115 dianas, el delantero ha superado su mejor cifra en el Betis, aquellos 27 que ya fueron decisivos para el anterior regreso a Primera. Ni los problemas personales que lo han rodeado durante la temporada mermaron su rendimiento, por más que atravesara alguna mala racha. Su final de campeonato, con 12 goles en las siete últimas jornadas, ha disparado al equipo verdiblanco. A los golazos anotados en Santander o al que abrió el marcador ante el Alcorcón, el canario le ha añadido 13 asistencias de gol, otro apartado en el que ha liderado a la escuadra bética.

La consolidación de Adán o la irrupción de Dani Ceballos han sido elementos que han colaborado decisivamente en el ascenso, pero la trilogía formada por Mel, Rubén Castro y Jorge Molina ha vuelto a erigirse como clave para otro regreso a Primera.