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Por un final tranquilo

  • Los de Casimiro, en su mejor momento de la temporada, reciben al colista sin confianzas pero con ganas de sellar ya la salvación La necesidad del Gipuzkoa, un arma de doble filo

¡Qué bien han sentado los últimos triunfos del CB Sevilla! Al equipo, a los jugadores, a la afición, al club como institución... A todos, aunque haya alguno para quien cada victoria ha sido un golpe más que una alegría. Pero ahí está el Caja, caminando con tranquilidad por una ACB en la que este año sí bajará al menos un equipo, (¿quién sabe si alguno más?), acariciando la salvación con las manos y practicando un baloncesto de nivel como para pintarle la cara al Gran Canaria, vencer con autoridad al Baskonia o asaltar la Fonteta en una segunda vuelta que, como el curso pasado, está dejando ver el potencial que podría tener este conjunto si desde primera hora se hacen las cosas bien.

Como el rearme de una plantilla que con Hakanson y Jordan es infinitamente más competitiva que lo era con Anderson y Slokar. El día y la noche. Dirección, puntos, defensa, intimidación, energía... Ganas. Con ellos la plantilla elevó el nivel de los entrenamientos y empezó a competir en los partidos. En todos en esta segunda vuelta, en los que siempre tuvo opciones de ganar, menos una excepción, la del Palau, que quedará para la historia, sí, pero que ya es historia también.

Y eso es lo que deberá hacer para que el Gipuzkoa no lo sorprenda en un San Pablo que presentará una buena entrada para apoyar a los suyos. Mal harían los cajistas en fiarse en la posición de un colista que se ha reforzado para tratar de obrar el milagro y ya no es el débil conjunto de la primera mitad del curso. Un viejo conocido como Marcus Landry, al que el CB Sevilla intentó fichar en verano pero sus pretensiones NBA estuvieron siempre por delante, lidera a un colista para el que cada cita es una final. Cada triunfo es oxígeno, como el logrado la pasada semana ante el Andorra, y cada derrota supone un golpe a su línea de flotación, ahora en tenguerengue. Landry le ha dado vida al conjunto de Porfi Fisac, en quien pensara José Luis Galilea el año pasado cuando se acabó, y no gracias a él, la etapa de Scott Roth. Por fortuna primó la opción de Luis Casimiro, quien obró el milagro el curso anterior y en éste ha sido capaz de armar un equipo peleón, aguerrido, capaz de defender muy duro e imponer su ritmo de juego a la carrera para noquear al rival.

Es la línea a seguir en un choque más complicado de lo que parece, porque el conjunto donostiarra camina por el alambre y saldrá al 100%. Saldrá a por todas, pero también puede ponerse nervioso si las cosas no le van bien. Por ello, defender con la intensidad mostrada en los últimos choques será decisivo para bajarle pronto los humos al cuadro vasco, que tienen en un renacido Llompart y a otro ex cajista como Txemi Urtasun sus principales baluartes junto al ala-pívot norteamericano. Doblas no es el que era y, hoy por hoy, el pívot más en forma de la Liga como es Balvin debería imponer su capacidad reboteadora (con 7,5 de media es el máximo reboteador de la Liga) y pick and roll para mandar en la pintura, mientras que Jordi Grimau, por mucho que sea de esos jugadores que se crecen ante el CB Sevilla históricamente, no puede ser un elemento decisivo. Al menos, no debería serlo teniendo enfrente a exteriores como Berni Rodríguez o Bamforth, que sí son capaces de desequilibrar un duelo. Sobre todo el escolta estadounidense, capitán-general en Sevilla, con galones y licencia para todo.

Quizá sea la segunda unidad la que pueda decantar el choque, ya que los de Fisac, si bien cuentan con un buen quinteto, adolecen de falta de fondo de armario. Soluade, que pudo venir a Sevilla antes que Hakanson, no es un base aún para la ACB, al contrario que el sueco, capaz de cambiarle la cara al equipo. Sólo Vrkic puede ser un peligro, pero si el cuadro hispalense juega al nivel del último mes, el triunfo debería quedarse en casa para, aunque sea de manera virtual, respirar con la tranquilidad de tener la permanencia casi atada. ¡Y con siete jornadas por delante! Con lo que han sido los Gipuzkoa-CB Sevilla las últimas campañas, partidos a vida o muerte, suena muy bien tener un final de temporada tranquilo. Pero ojo con pifiarla en lo más llano.

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