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Y la flauta sonó con Cejudo

  • Merino creó superioridad ante Juanfran con el cordobés y Musonda

Un retoque. A veces, basta sólo eso para que un equipo sin rumbo halle el camino. Y le pasó a un Betis desparramado sobre la hierba sin plan de ataque durante una hora larga de juego. Merino, siempre con la premisa de los dos puntas, probó de salida a Joaquín por la derecha con Musonda por la izquierda y nada. Los cambió de banda tras el descanso y el belga se animó, aunque no lo suficiente. Mientras, por dentro, Dani Ceballos no imprimía la velocidad adecuada a la circulación de balón y los laterales apenas aportaban arriba. Todo desembocaba en la desconexión de Rubén Molina y Jorge Molina -luego Van Wolfswinkel-. El tesoro estaba en la zona izquierda del Levante: por allí el veteranísimo Juanfran estaba vendido a su suerte, pues por delante nadie le apoyaba. Verdú se abrigó en zonas interiores. La variante estaba clara, había que buscar un dos contra uno ante Juanfran. Musonda encontró a Álvaro Cejudo. Y éste aprovechó a ese delantero implacable que hasta entonces ansiaba balones que rematar, Rubén Castro.

Defensa

Un desajuste a los ocho minutos, en un saque de banda mal defendido en la zona del lateral izaquierdo bético, pudo cambiar el guión del partido si Verdú no abre tanto el pie en su remate ante Adán, que salió demasiado cruzado. De nuevo esa tibia concentración con que suelen salir los verdiblancos que pudo costarle bien cara. Luego, con el partido metido en harina, hubo alguna duda de N'Diaye, que actuó ayer como único pivote al adelantar Dani Ceballos su posición unos metros para enganchar con las piezas ofensivas. O al menos tratarlo.

En la segunda parte, a medida que el Betis se vio obligado a arriesgar más, el Levante encontró vías de contragolpe, sobre todo por la derecha con Lerma: en esa fase, Montoya por fin se animó a salir de la cueva porque su equipo necesitaba profundidad por la izquierda. El riesgo pudo acabar mal si Bruno no corta una contra clarísima con una falta y amarilla más que justificadas.

Ataque

El 4-4-2 que se empeña en disponer Juan Merino sigue sin carburar. La raíz del problema está en la gestación del juego. Aunque Joaquín y Musonda trataron de abandonar la cal para echar una mano por dentro a Dani Ceballos, la circulación del balón jamás fue fluida, todo fue parsimonioso, previsible. Tampoco Molinero y Montoya abrieron alguna vía por fuera, desaprovecharon el carril que les abrían los extremos. Con un surtidor tan escaso, tener dos puntas arriba es un derroche.

Virtudes

Adán y Rubén, Rubén y Adán. Ellos son los que van a amarrar la salvación del equipo. El portero sacó un cabezazo de Medjani, fuerte y abajo, con 0-0 (33').

Talón de aquiles

Ni al colista y condenado Levante agarró por las solapas para someterlo. He ahí sus limitaciones.

UNO POR UNO

Adán El paradón nuestro de cada día (foto).

Molinero Voluntad y sólo voluntad.

Pezzella De menos a más, al final se cruzó y tapó.

Bruno En el perfil izquierdo baja. Gran falta táctica al cortar una contra con mala pinta (80').

Montoya Otro que se ve forzado a jugar en la siniestra y se le nota. Siempre se giró en busca de su pierna derecha. Centros inocuos. 

Joaquín Duele su lastre físico. 

N'Diaye Le costó hacer la raya.

Dani Ceballos Mucho es el peso que recae sobre él. Demasiado. Más toques y conducciones de los aconsejables.

Musonda Esta vez, mejor desborde por la derecha.

Jorge Molina Ni le llegaron balones, ni se los buscó.

Rubén Castro Empezó con querencia a la derecha, sin éxito. Con Cejudo, ya fue Rubén. 

Van Wolfswinkel Sólo ruido.

Cejudo Fue la clave del pleito. Su pujanza y golpeo abrió la única vía realmente peligrosa.

Portillo Casi testimonial.

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