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El fortín de San Pablo

  • El equipo cajista labró su permanencia virtual en casa, donde ganó los seis partidos de la segunda vuelta Fuera, sólo sorprendió al Valencia

Un fortín. El CB Sevilla se ha hecho fuerte en San Pablo en la segunda vuelta, donde ha labrado una permanencia que, con cuatro victorias de margen a falta de cinco jornadas, sólo está ya a expensas de que las matemáticas la certifiquen.

Ya ocurrió en los estertores de la campaña anterior y en ésta, de nuevo, los esfuerzos del club, unidos al sacrificio de la plantilla que dirige Luis Casimiro, han logrado crear un ambiente mágico en el pabellón del Polígono de San Pablo. El domingo, a partir de las siete y media de la tarde, 6.478 aficionados llevaron a su equipo en volandas en el también llamado Palacio de Deportes.

El propio entrenador cajista lo admitió al término del encuentro, repartiendo los méritos entre sus jugadores y el público sevillano. "Jugamos con más energía en nuestra casa, gracias al buen ambiente que ya se generó al final de la pasada temporada y ahora desde diciembre. La atmósfera que se ha creado entre la afición y el equipo es espléndida y, sin duda, a ella le debemos gran parte de estar aquí", indicó el técnico manchego, quien dio la permanencia por lograda.

Lo cierto es que esa fortaleza casera sólo es comparable con la de Real Madrid y Bilbao, los otros dos equipos que han ganado todos sus partidos como locales en la segunda vuelta. Los sevillanos, que en la primera ronda sumaron tres triunfos en San Pablo y dos a domicilio, han vencido luego los seis partidos de casa, a lo que han añadido una sola victoria fuera, pero de un valor importantísimo, por cuanto fue en La Fonteta ante el Valencia (82-92), a la sazón segundo clasificado, el puesto que sigue ostentando.

En San Pablo, han besado el parqué sucesivamente Fuenlabrada (85-78), Obradoiro (67-58), Baskonia (100-92), Gran Canaria (97-72), Gipuzkoa (86-80) y Estudiantes (82-59), con una media de 86 puntos anotados por partido y una diferencia media de 13 puntos sobre los rivales.

El equipo de Casimiro afronta ahora dos salidas seguidas a Tenerife y Manresa, partidos en los que incluso perdiendo debería ya recibir el plácet matemático, antes de recibir en San Pablo al Andorra. Posteriormente, vuelve a jugar fuera ante el CAI Zaragoza y cierra la Liga recibiendo la visita del Real Madrid, en un partido que, de ganar antes a los andorranos, podría suponer un fin de fiesta especial.

"Tengo la confianza de que el baloncesto va a seguir aquí en Sevilla. Este club está muy vivo, la afición ha vibrado con el equipo y ha dado ejemplo al baloncesto español. No se me pasa por la cabeza que no sea aquí", manifestó Casimiro tras el partido.

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