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El futuro pasa por Estambul

  • Factores exógenos El Sevilla quiere encauzar su pase a los cuartos ante el Fenerbahçe con independencia del 'infierno' de las gradas y hasta de la nieve Confianza Los hombres de Jiménez respetan al rival, pero se sienten muy seguros

En la parte asiática de Estambul, sí, en otro continente, comienza el nuevo asalto del Sevilla a Europa. Los actuales campeones de la Copa de la UEFA arrancan en los octavos de final de la Liga de Campeones con la legítima intención de subir un peldaño detrás de otro hasta soñar incluso con cierta final que está programada en el estadio Luznikhi de Moscú. Claro que eso, a día de hoy, aún pertenece al reino de la utopía y lo primero que deben hacer los hombres de Manolo Jiménez es encauzar este cruce contra un Fenerbahçe al que le otorgan muchísimo más potencial del que se le presupone a un equipo turco.

Según el tópico que siempre rige en el planeta fútbol, se trata de una visita al infierno. Hasta los propios hinchas del conjunto turco se prestaban ayer a advertir de semejante amenaza a los futbolistas sevillistas, aunque la realidad es que la nieve que inundaba todas las calles de Estambul se encargaba de enfriar bastante la temperatura y hasta se vivía un ambiente bastante sano en todo lo que tiene que ver con este partido de fútbol. Nadie podrá obviar, por supuesto, la rivalidad deportiva, pero la sensación que se respira en esta macrourbe de más de doce millones de habitantes es bastante tranquila.

Cabe esperar, por tanto, que ese manido infierno entre en ebullición cuando se acerquen los relojes a las diez menos cuarto de la noche, hora turca claro está, porque en España serán entonces las nueve menos cuarto. Entonces, en las gradas del coqueto Sükrü Saracoglu, el ambiente será bastante caliente. Sin embargo, esta circunstancia no es temida para nada por los veinte hombres que se ha traído Manolo Jiménez hasta el Marriott Istanbul Asia, un hotel ubicado en la parte asiática, muy cerquita del estadio que acoge los partidos del Fenerbahçe como equipo local. Al contrario, los sevillistas tienen ganas de afrontar el reto y el propio Jiménez admite que sólo teme las circunstancias que no pueda controlar, es decir, las que pueden tener que ver, por ejemplo, con la presión hacia el árbitro, aunque la experiencia del alemán Florian Meyer es una garantía en ese sentido.

Aparte de lo que tiene que ver con la ambientaciónque siempre se le otorga a los partidos que se disputan tanto en Turquía como en Grecia, otro factor exógeno se ha colado con fuerza en esta cita de Champions. Se trata, lógicamente, de la nieve que cubre toda la ciudad de Estambul. Apuntan los expertos en la meteorología que lo peor ya ha pasado, que el tiempo inició una mejoría en el día de ayer que continuará hoy, pero la duda estriba en la recuperación del césped del estadio. La nevada ha sido copiosa y está claro que el terreno no estará en las mejores condiciones para la disputa de un partido de fútbol. A partir de ahí la siguiente incógnita a despejar es qué equipo será el más perjudicado por ello. A tenor de los informes que obran en poder del Sevilla, el Fenerbahçe se rige bajo unos parámetros muy brasileños y gusta de echar el balón abajo. También los sevillistas se manejan con unas ideas futbolísticas muy semejantes en sus mejores días, lo que garantiza que si el césped no está bien ambas escuadras se iban a ver perjudicadas con ello.

Es uno de los factores que pueden alterar el discurrir de los acontecimientos, pero ni siquiera eso provoca el menor temor en las filas nervionenses. El Sevilla ha recuperado la confianza con los últimos resultados y vuelve a sentirse fuerte, convencido de que su nivel de fútbol puede conducirlo hasta el triunfo si las cosas le salen bien con independencia del rival que se encuentre enfrente. La llegada de Kanoute, Keita y Kone desde la Copa de África, la recuperación de Palop y del resto de los lesionados, con la salvedad de Javi Navarro y del renqueante Chevantón... Son muchos factores positivos que provocan que, ahora sí, Manolo Jiménez se tenga que devanar los sesos para conformar una alineación, aunque en este caso el problema será quitar a los que él considera que están en peores condiciones, que es lo que desea cualquier entrenador y no al revés. Por ejemplo, el retorno de Daniel y Keita, ambos sancionados en la reciente goleada en Montjuïc, provoca las únicas dudas en la alineación. Uno de los cuatro defensas titulares en Barcelona saldrá del equipo y no parece que éste sea Escudé. Los problemas físicos de Dragutinovic pueden ser decisivos. En el centro del campo todo indica que el sacrificado será Maresca. Aunque no sería extraña alguna sorpresa, las rotaciones se han aparcado hasta mejores tiempos. Porque hoy el Sevilla se juega parte de su futuro europeo en Estambul y soñar es libre.

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