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Dos historias que ya tuvieron un final feliz

  • En las temporadas 07-08 y 08-09 el cuadro cajista encaró las últimas siete jornadas jugándose la salvación.

Al dubitativo inicio de temporada del Cajasol siguió una reacción que dejó el descenso a una distancia de cuatro triunfos de ventaja. Parecía que la renta sería suficiente, pero una mala racha y la lesión de Williams han vuelto a encender las luces de emergencia en el equipo, que encara los últimos siete encuentros con apenas una victoria sobre la zona peligrosa.

Tres años peleando por los play off, sin embargo, no hacen olvidar que no hace mucho el conjunto sevillano vivió, y superó, situaciones muy similares. Un matiz importante hace que lo de este curso sea, sin embargo, más preocupante. En las temporadas 07-08 y 08-09 el Cajasol fue de menos a más, siendo penúltimo y último, respectivamente, a mitad del curso. Ahora el bajón llega en la recta final, cuando ya no se esperaba, poniendo a prueba la capacidad de reacción de una plantilla muy joven.

En la jornada 27 de la 07-08 el cuadro hispalense era decimocuarto con dos victorias de ventaja sobre Estudiantes, decimoséptimo y en descenso, y al que debía visitar en el siguiente duelo. El choque cayó del lado colegial y los madrileños se colocaron a un paso de los sevillanos en la clasificación. Quedaban seis partidos y el conjunto que dirigía entonces Manel Comas volvió a perder una semana después en casa ante el Valencia. Estudiantes también perdió y las distancias se mantuvieron. Cuatro victorias consecutivas del Cajasol contra Murcia, Granada (especialmente trascendente) Tau y Unicaja sellaron la salvación. La derrota en el cierre del campeonato, contra el Madrid, ya no fue determinante, pues el club acabó salvándose con tres triunfos sobre el Valladolid, que acompañó al Grupo Begar León tras ganar un encuentro de los últimos siete.

Apenas una campaña después el sufrimiento volvió a repetirse. En la jornada 27, en la que se encuentra el presente curso, el conjunto cajista era decimoquinto en la tabla, aunque había dejado de ser colista tras ganar en la 26 al Joventut. De hecho, el equipo que comandaba Pedro Martínez enlazó entre las jornadas 25 y 30 seis victorias consecutivas que lo relanzaron desde el último puesto hasta el undécimo. A falta de cuatro encuentros, el Cajasol contaba con dos triunfos de ventaja sobre el Murcia, decimoséptimo y que marcaba en ese momento el descenso. Ni siquiera las tres derrotas consecutivas que encadenó pusieron en riesgo la permanencia, resuelta con esa misma distancia sobre el Vivemenorca y el CAI.

Diez victorias le bastaron al Cajasol para salvarse. El curso anterior lo hizo con 14, aunque con dos menos también hubiese logrado el objetivo. Este año hacer una predicción es complicado por la cantidad de equipos implicados, pero es seguro que ganar los duelos con rivales directos (Lagun Aro, Manresa y Fuenlabrada, o incluso Valladolid) marcará la diferencia entre el éxito y el fracaso.

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