La angustia que hace dos años se podía ver en la cara de los fanáticos de River se traslada estos días a los de Independiente, otro grande del fútbol argentino que se encuentra hoy sin rumbo, sin entrenador y al borde del abismo del descenso a diez jornadas del término de la temporada.

Américo Gallego renunció a su cargo de entrenador de Independiente a raíz de la pobre campaña de un equipo que hasta ahora nunca en su rica historia perdió la categoría, pero que actualmente ocupa la zona de descenso.

"Se fue Gallego y la crisis de Independiente se agiganta", tituló ayer el diario La Nación. "Dirigió el entrenamiento de la mañana y por la noche se fue", escribió Clarín.

Su partida comenzó a decantarse tras el duro golpe que significó el empate del Rojo el viernes por la noche con Unión de Santa Fe, en un duelo de dos equipos muy comprometidos. Después de dejar el campo sin dar declaraciones, el equipo entrenó el sábado por la mañana con fuerte custodia policial. Como muestra del ambiente tenso que vive el club de Avellaneda, al finalizar la sesión un pequeño grupo de hinchas insultó a los jugadores y al presidente, Javier Cantero.

Ante la reacción adversa de los hinchas y la oposición del resto de la comisión directiva, el dirigente finalmente pidió su alejamiento al entrenador, que deja al equipo después de seis partidos sin victorias y en decimooctavo lugar en la tabla.

Según fuentes del club, el exdefensa Enzo Trossero parte como principal candidato para ser el nuevo técnico. El sucesor del Tolo deberá ponerse manos a la obra de inmediato. La próxima jornada Independiente jugará una nueva final ante Atlético de Rafaela de visitante y el siguiente rival que le aguarda es Argentinos Juniors, asimismo urgido de triunfos. Ganador de 14 títulos locales y siete Copas Libertadores y cuna de jugadores históricos de la talla de Ricardo Enrique Bochini o Daniel Bertoni, Independiente debe pelear no sólo contra sus rivales, sino también contra el reflejo de River Plate.