Lo vivido en el partido del pasado domingo entre Linense y Mairena sólo se puede definir de una manera: insólito. En el minuto 26, el conjunto de la Línea de la Concepción falló una pena máxima a favor que hubiese supuesto el 2-0. Sin embargo, en la siguiente jugada, el futbolista de la Balona Johny saltó con uno del Mairena y el colegiado Velasco Ortega señaló el segundo penalti.

Raúl Domínguez fue el encargado de convertirlo, pero el trencilla entendió que había habido invasión del área de varios jugadores visitantes, por lo que mandó repetir el lanzamiento desde los once metros. La sorpresa llega a continuación cuando cogió el balón y pitó libre indirecto a favor del Linense. Fue entonces cuando llegaron las protestas desde el banquillo de un Mairena que se sentía engañado, pues el árbitro había aplicado mal el reglamento de la propia Federación Española de Fútbol, que establece lo siguiente: "Si el árbitro da la señal para ejecutar un penalti, y antes de que el balón esté en juego un compañero de equipo del ejecutor entra en el área de penalti o se coloca por delante del punto de penalti o a menos de 9,15 metros del mismo, el árbitro permitirá que continúe el lanzamiento. Si el balón entra en la portería, se repetirá el penalti. Si no entra en la portería, se señalará un tiro libre indirecto contra el infractor, a lanzar desde el punto de su posición ilegal al ejecutarlo".

Por tanto, Velasco Ortega se inclinó por la decisión que debería haber elegido en el caso de que el Mairena hubiese fallado el disparo, pero no la que correspondía después de que el balón ya hubiese llegado al fondo de la portería.

Las protestas del equipo sevillano fueron sonantes, aunque horas después, Juan Moreno, presidente del Mairena, reflexionaba sobre lo ocurrido de forma más pausada, aunque sin dejar a un lado su indignación: "Lo que sucedió en La Línea fue la gota que colmó el vaso. Si este señor no está capacitado para arbitrar, que no lo haga más. Además, lo que más me indignó fue la prepotencia con la que nos trató, pues fue una provocación en toda regla. Los colegiados no son dioses y, al igual que los jugadores, también deben ser sancionados".

El máximo dirigente del club albinegro se mostró tajante a la hora de señalar la postura que ha tomado el Mairena: "Lo que nosotros pedimos es que esto no vuelva a ocurrir y se tomen medidas severas. Llevamos un año en el que los colegiados no nos respetan. Ya es hora de que nos tengan en consideración. No voy a culpar a la Balona. El partido ya se ha jugado y está finalizado. No vamos a recurrir. Sólo queremos que se haga justicia".

Por último, Juan Moreno se mostró muy molesto por la actitud chulesca que tuvo el colegiado. "Tenía que haber mostrado otro talante. Le pedí explicaciones de forma educada sobre qué es lo que sucedió y no me contestó bien. Le dije a nuestro delegado que lo pusiera en el acta. Se va a demostrar que es una equivocación grave. Confío en que se tomen las medidas oportunas para que esto no vuelva a ocurrir en un campo de fútbol", espetó.