el derbi sevillano · el reportaje

El legado del 28 de agosto

  • Llega el momento de que el 'Espíritu de Puerta' se manifieste y haga olvidar la vergüenza de aquel derbi en Getafe

De las palabras, a los hechos. Ha llegado el momento de que el denominado Espíritu de Puerta se ponga de manifiesto en toda la ciudad de Sevilla, de que la concordia tristemente surgida del dolor compartido por la muerte del ya mítico zurdo nervionense dé paso a la normalidad absoluta entre Sevilla y Betis, entre las dos instituciones deportivas, y puede que hasta sociales, más representativas de la ciudad. Fue el legado de Antonio Puerta en una fecha que ha quedado indeleble en la memoria colectiva hispalense, aquel aciago 28 de agosto de 2007 en que acaeció su muerte.

Desde ambas orillas futbolísticas de Sevilla se ha invocado a que impere ese espíritu de encuentro entre ambas aficiones. Lo hizo José María del Nido el jueves, cuando expresó en voz bien alta que Sevilla está por encima de los dos clubes de la ciudad. Y lo hizo a su vez Manuel Ruiz de Lopera el viernes, cuando refrendó el mensaje del presidente sevillista y exhortó a la ciudadanía que no quedara en simples palabras.

Ambos coincidieron también en abundar en que el derbi es y debe ser siempre un fiesta del fútbol sevillano, con sus piques, sus impactos emocionales y su retranca, pero algo que pueda ser disfrutado por todos sin miedo a que vuelva a ocurrir lo del último precedente, aquel de la Copa del Rey en que Juande Ramos recibió un botellazo tras una escalada lamentable de hostilidades. Sevilla contempló, atónita, cómo las autoridades madrileñas se veían obligadas a que se reanudase el encuentro lejos de la capital hispalense y sin público. El Espíritu de Puerta contra la Vergüenza de Getafe.

Es imposible olvidar lo vivido aquellos días entre el 25 de agosto, cuando Puerta cayó sobre el césped del Ramón Sánchez-Pizjuán, y el 29 de agosto, cuando fue incinerado en el Cementerio de San Fernando. El dolor de la familia sevillista y de la familia natural del jugador; la visita al Hospital Virgen del Rocío del Betis nada más terminar su partido en Huelva y con la ropa de faena aún puesta; los mensajes de solidaridad y esperanza llegados de todos los rincones de Sevilla, Andalucía, España y el mundo; el duelo colectivo, en una manifestación entre sevillistas y béticos sin precedentes, desde el mismo día 28, en la capilla ardiente del Ramón Sánchez-Pizjuán, hasta el sepelio del día 29, con riadas de aficionados consolándose mutuamente; el abrazo de Lopera a Del Nido... Y aquel grito: "¡Puerta, amigo, Sevilla está contigo!". Por todo ello, hoy debe regresar el derbi de toda la vida. Sería el mejor regalo de Reyes para la ciudad.

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