Sevilla Atlético

Un lustroso balance con broche de plata

  • El Sevilla Atlético saborea las mieles del éxito tras diez meses de ardua y exigente competición.

Dicen que las valoraciones nunca deben hacerse en caliente, que es mejor dejar pasar un tiempo prudencial para emitir los primeros juicios, evitando así caer en la precipitación. Suele aplicarse esta máxima cuando de un fracaso se refiere, pero en el caso de los éxitos resulta igualmente oportuna, pues cuando el fragor de la alegría se ha aplacado levemente y el cielo que se ha alcanzado retorna a su lugar de siempre, el valor de lo logrado crece de manera exponencial.

Que se lo pregunten al recién ascendido Sevilla Atlético, cuyos integrantes, aún con la lógica resaca de su merecida fiesta, pueden sentarse a comentar con tremendo orgullo la gesta de la que fueron protagonistas el domingo en el Viejo Nervión.

El penalti que marcó el guardameta Caro, el último de una agónica tanda que ya se encontraba en la muerte súbita, puso el cierre perfecto a una larguísima temporada que comenzó con los calores de agosto y terminó con los no menos calores de junio.

Quién se lo iba a decir a un grupo de entusiastas jóvenes que iniciaron la temporada 2015-16 un 22 de agosto en casa del UCAM Murcia. Ante el a la postre campeón del Grupo IV de Segunda B, los pupilos de Diego Martínez cosecharon un empate a cero. Un arranque sin lustre y sin goles pero ante un equipo potente y que aspiraba a unas cotas que, por aquel entonces, se antojaban lejanas para el filial nervionense, que venía de sufrir más de lo deseado en la campaña anterior, cuando coqueteó con el descenso.

38 jornadas después, el Sevilla Atlético concluyó tercero con 68 puntos, a sólo tres del Murcia, segundo, y a nueve del campeón. El billete para la liguilla de ascenso ya estaba en los bolsillos de unos chavales que creyeron sin fisuras en el estilo de su entrenador y se convirtieron en el bloque menos veces batido, pues sólo cuatro derrotas concedieron: Granada B (2-0), Recreativo (0-1), San Roque (2-0) y Mérida (0-1). O lo que es lo mismo: sólo claudicaron dos veces en su feudo. Números más que positivos los de este conjunto rebosante de ilusión, sobre todo si se comparan con las cinco derrotas que encajó el UCAM Murcia o las nueve del segundo clasificado.

Además, el Sevilla Atlético fue el tercer equipo con más victorias, sólo superado por los dos primeros de su grupo.

Sin esperarlo, el filial comenzó su andadura en los play off el 21 de mayo en su campo ante el Socuéllamos. Aquel empate (1-1) fue la primera de las seis etapas que debieron completar los de Martínez. Una tensa vuelta en tierras castellano-manchegas (1-2), un doble combate ante un aguerrido Logroñés (0-1 y 0-0) y la batalla definitiva ante el Lleida, un plantel repleto de veteranos que aspiraba a despojar de su sueño a unos jóvenes que nunca perdieron la compostura y que controlaron los nervios y la presión con sorprendente madurez.

Diez meses después de que David Soria mantuviera su portería a cero en el primer encuentro, Caro llevó a los suyos a Segunda al marcar un penalti lanzado con maestría. Prueba superada, camino completado. Y en el final, otro conocido, el Cádiz, cuarto del Grupo IV y que también festejó el ascenso, en su caso obligado por presupuesto.

Así las cosas, el Sevilla Atlético será el único filial que compita en la categoría de plata y el cuarto representante andaluz, pues se verá las caras con Almería, Córdoba y Cádiz. Los nervionenses visitarán otros muchos templos de la categoría durante al temporada 2016-17, en la que ampliarán, los que se queden, la madurez que a pasos agigantados ya han alcanzado en los últimos meses. Y, quizá, acorten los plazos de defender la camiseta del primer equipo.

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