Sevilla | barcelona · EL RIVAL

La magia deja paso al muro

  • El conjunto azulgrana está mostrando una cara mucho más sobria que en años pasados · La solidez defensiva y los chispazos de sus estrellas, principales armas

¿Cómo es posible que un equipo cambie de forma tan clara su forma de jugar en una temporada o temporada y media? El Barcelona ha mostrado un claro cambio en su estilo de juego a pesar de contar con el mismo entrenador, Frank Rijkaard, y una plantilla más competitiva y compensada con nombres como Toure, Milito, Abidal y, sobre todo, la estrella para este año: Henry. Aquel conjunto que logró dos Ligas consecutivas y una Copa de Europa no es ni la sombra del actual, ya que en estos momentos priva la solidez de un equipo que gana los partidos partiendo de su fortaleza defensiva. Tras depender de la magia de jugadores imaginativos como Messi, Ronaldinho, Iniesta... el Barça echa ahora más de menos a futbolistas de otro tipo de corte, como es el caso del costamarfileño Toure.

Este nuevo modelo más resultadista, parecido al del Real Madrid que levantó la última Liga y que es el actual líder destacado, deja un papel secundario a los atacantes, aunque esto no quiere decir que su efectividad no sea esencial para que el modelo perdure. Mirando los minutos de los jugadores del conjunto catalán esta temporada se puede observar que, para seguir con opciones en las tres competiciones con las que arrancaron la temporada, Rijkaard ha tenido que tirar de jóvenes valores como Bojan y Giovani por las ausencias de hombres importantes como Eto'o o Ronaldinho. Y aun así, el Barcelona no se ha resentido demasiado.

sin balón

Los jugadores de ataque tapan siempre al jugador de la zaga más hábil para la salida del balón, en el caso del Sevilla es típico que Iniesta, por ejemplo, presione a Daniel en cada jugada. De los tres centrocampistas que se mueven por la medular, los acompañantes de Toure o Márquez -según el que ejerza de pivote defensivo-, tratan de tapar cualquier hueco antes de que el balón llegue a la zona defensiva, aunque aquí está una de las lagunas del Barça. Si el pivote defensivo no ejerce bien su función, se crea un espacio enorme entre el centro del campo y la línea de cuatro de atrás. Su fortaleza defensiva en los costados es importante, aunque hoy faltan Zambrotta y Puyol.

con balón

Si algo ha distinguido al Barcelona desde la llegada de el entrenador holandés al banquillo es la fórmula de atacar y defender con la posesión del balón. Jugadores de la calidad de Deco, Iniesta o Xavi le dan ritmo y sentido al juego barcelonista. Un problema de los últimos tiempos es la falta de chispa -exceptuando a Messi o a un Eto'o al cien por cien- del tridente de arriba. El sistema que utiliza Rijkaard obliga a sus delanteros a buscar el uno contra uno constante. El atasco de Ronaldinho ha desencadenado el declive del fútbol culé.

lo mejor

La seguridad defensiva del Barça se refleja en los 14 goles encajados por Valdés en 22 partidos. Milito y Abidal blindan el bloque.

lo peor

La sensación de haber perdido el juego que enamoró al aficionado.

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