El Sevilla -un agotado Sevilla, sí- se cavó él solito su propia tumba en El Molinón por su pésima gestión de los principios y medios tácticos defensivos en un partido que dominó de cabo a rabo en el plano ofensivo. De forma incompleta, de acuerdo, porque ni Konoplyanka ni Llorente tuvieron el acierto necesario para culminar todo lo generado hasta que el balón llegaba a sus botas ante un entregado Sporting, pero un Sporting que se sintió a gusto en un partido de ida y vuelta que jamás debió permitir que se jugara el equipo de Unai Emery. Dicho así puede sonar a broma cuando el Sevilla lo que debió haber hecho era arrinconar a su rival. Pero es que en realidad lo hizo. Lo que ocurre es que las transiciones ataque-defensa tan mal gestionadas hacía a los ayer de negro perder un tiempo precioso, metros de campo, confianza en el partido, control del mismo... a la par que le consumía unas energías absurdas. El Sevilla corrió hacia atrás más que nunca en el partido que, paradójicamente, más dominó hacia delante de los jugados lejos del Sánchez-Pizjuán.

Defensa

El Sevilla se dispuso en un 4-4-2 claro en Gijón que condicionó varias cosas. Varió los mecanismos habituales de movimiento del equipo y, sobre todo, posibilitó un desequilibrio numérico en fase defensiva desde el pitido inicial, tanto en ataques organizados del Sporting, al que le era fácil superar la primera línea de presión (Llorente e Iborra), como en transiciones tras pérdidas arriba, como la de Rami en el gol del empate. Sin los dos delanteros y con el absentismo de Konoplyanka, el Sevilla defendía siempre con tres jugadores menos, al margen de que hacía una mala gestión de medios y principios tácticos para frenar esas contras: falta de temporizaciones, malas vigilancias, repliegues, coberturas y permutas (Konoplyanka como mejor ejemplo), etcétera.

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Cristóforo, que empezó muy dinámico hacia la izquierda, fue de los que más sufrieron hacia atrás, aparte de que las pérdidas con el equipo arriba -Krychowiak provocó muchas- fueron un lastre.

Ataque

Emery buscó generar superioridad numérica arriba a riesgo de tener inferioridad atrás. Colocó a Coke como falso extremo metiéndose hacia dentro y ello debía dar más metros a Mariano y también a Llorente, que salió más del área que de costumbre, al principio con mucha intención y menos conforme se fatigaba. La buena dinámica de los dos puntas abrió mucho juego, pero la tercera pata del banco no se activó, ya que Konoplyanka rara vez escogía la opción correcta y cuando la tomaba, la ejecución no le acompañaba. El técnico, al que se le cayó un cambio con la lesión de Rami, buscó dar mejor trato al balón con Banega y N'Zonzi, pero el empuje que ello provocó no tuvo el acierto en Llorente.

Virtudes

Atosigó de ataque con oleadas al Sporting hasta casi el final.

talón de aquiles

Otra vez la falta de control. Grave en otro marcador que dominaba.

UNO POR UNO

Sergio Rico No se le pueden achacar ni dudas ni errores.

Mariano Aprovechó poco el pasillo que le dejaba Coke y colgó pocos balones buenos.

Rami Desafortunadísimo en una salida que sobraba (el 1-1) y sin medir en la jugada de su lesión.

Carriço Un partido de ida y vuelta es un calvario para él incluso de central. Ritmo cero.

Escudero Entonado en defensa (donde no tuvo ayuda) y tirando hacia arriba, pero sin mucho tino. 

Coke Un falso extremo que se convirtió en un medio centro que empujaba y empujaba. Siempre da la cara. 

Krychowiak Su fuerza valió para un par de cruces (el del gol no), pero regaló muchos balones y no ordenaba bien el repliegue. 

Cristóforo Buen comienzo para acabar haciendo aguas.

Konoplyanka Calidad, sí, pero absentismo defensivo, malas elecciones... ni en los córners.

Iborra El mejor. Un golazo y mucho juego.

Llorente Con fuerzas, bien, sin ellas, falto de coordinación.

Kolodziejczak Mucho trabajo.

N'Zonzi Dio otro aire al equipo.

Banega Su entraba empujó.