Un gol para soñar con la Liga y con la Champions, un gol para renovar con el Schalke y un gol para enamorar aún más a los alemanes: Raúl cerró los cabos abiertos de este 2011 con un golpe de autoridad, al marcar este sábado su tercer hat-trick en la Bundesliga.

El ex del Real Madrid se siente más cómodo cuanto más alto es el reto. Ante el potente Werder Bremen y con el Schalke obligado a ganar para seguir enganchado a la cabeza, el español se cargó el equipo al hombro y marcó los primeros tres tantos en la goleada por 5-0. La leyenda de Raúl en estado puro.

"Raúl gigante", resumió ayer en portada y con foto del delantero el diario Bild am Sonntag, el más leído de Alemania. Die Welt tituló "La belleza de Raúl". La web de la cadena Eurosport habló de una "Declaración de amor al Schalke".

Raúl se confirmó como ídolo indiscutible del fútbol alemán con mucho más que tres goles. A sus 34 años, centralizó y armó ante el Bremen todo el juego del Schalke, luchó -y ganó- pelotas imposibles ante el delirio del público, fue el jugador que más tocó el balón y el segundo que más corrió: 11 kilómetros.

Todo ese despliegue permitió al Schalke marcharse a la pausa invernal tercero, a sólo tres puntos del líder Bayern Múnich, y se produjo sobre todo en un momento clave: cuando club y jugador conversan una posible renovación tras el vencimiento del contrato a mediados de 2012.

En cuanto terminó el partido, ambas partes demostraron que el hat-trick tendrá su peso en las negociaciones. "Estoy muy agradecido. Estoy disfrutando mucho de esta experiencia y espero que continúe", dijo un Raúl otra vez sonriente, opinando por primera vez sobre su renovación.

Con menos palabras y más fuerza expresiva lo había dicho ya en el terreno de juego: al celebrar el tercer gol -su décimo en Liga- corrió hasta el banderín de córner y se golpeó en el pecho su escudo.