Betis-málaga

El milagro de los milagros, y la realidad (1-2)

  • El Betis, que a falta de diez minutos estaba a cinco puntos de la permanencia, perdona y paga su debilidad abajo. Rubén Castro desperdició un penalti para hacer el empate en el descuento.

Baño de realidad en el Villamarín. El Málaga se ha llevado gran parte de la esperanza que hasta los más realistas aún conservaban amparados en un portero y unos delanteros que en esta ruleta rusa que se ha convertido la temporada del Betis no tenían margen de error. Los de arriba hoy fallaron más de lo que se le permite a un colista -penalti para hacer el empate en el descuento incluido- y Adán solventó hasta donde pudo -el minuto 84- los errores de una defensa muy limitada y constantemente improvisada por el castigo de las lesiones. Lo que podía ser acercarse a cinco puntos de la permanencia con la visita al Camp Nou y el derbi sevillano por delante se convirtió así en quedarse a ocho y deja el tan anhelado milagro en algo que ya no tiene ni nombre que las matématicas mantienen con vida.

Con cuatro defensas y cuatro delanteros salió el Betis al campo ante todo un rival directo por esa casi quimérica permanencia, el Málaga, al que podía meter aún más en el lío. Los de Calderón se la jugaban para poder acercarse a cinco puntos del milagro a costa de vender a N'Diaye y Lorenzo Reyes en el centro del campo, donde la superioridad en hombres del Málaga, con Darder, Camacho y Portillo, pronto se iba a poner de manifiesto.

Poco a poco, los de Calderón iban asimilando el dominio visitante encomendados a los contragolpes y a la pólvora arriba. Los visitantes, por su parte, no tardaron en localizar el punto raquítico verdiblanco: la espalda de Juanfran y Paulao en la banda derecha. Por ese flanco llegó la oportunidad más clara de los de Schuster en los pies de un viejo -y mal recibido- conocido local, Roque Santa Cruz.  El paraguayo, a los diez minutos, en la segunda jugada en la que se abrió en la banda zurda, rompió el fuera de juego y avanzó con la velocidad que le queda para que Adán se convirtiera una semana más en héroe con un paradón abajó. Si el Betis hubiera tenido portero diez jornadas antes...

Los locales, en cambio, se acercaban mucho más tímidamente a la meta de otro de los mejores porteros de esta Liga, un Willy Caballero que iba ser protagonista absoluto para mal en la jugada del primer gol verdiblanco. Cuando se cumplía casi media hora de juego, el chileno Reyes hizo algo que el resto de sus compañeros parecían no tener aprendido, disparar a puerta. El tiro iba dirigido y fuerte, pero, cuando parecía que el meta argentino lo tenía controlado, se le escurrió y se le coló por su izquierda.

En ventaja, los verdiblancos sólo tenían que limitarse a enganchar otra al contragolpe para vivir más tranquilos. Eso sí, debían extremar el cuidado -en el campo o desde el banquillo- con las amarillas recibidas por N'Diaye y Juanfran. A base de salidas rápidas tuvieron oportunidades en la cabeza de Baptistao y en la de Rubén Castro, pero se fueron al descanso con la mínima ventaja.

Pese al riesgo de los amonestados, el Betis volvió al césped sin cambios y decidido a sentenciar al partido lo antes posible. Estuvo a punto de hacerlo con una doble ocasión en una falta en la que el pase de la muerte de Baptistao no encontró rematador y luego Rubén Castro cabeceó por encima del larguero tras adelantarse a los centrales en la jugada del rechace.

El tanto de la sentencia no llegaba, aunque los malacitanos tampoco se acercaban con peligro a Adán. Sólo un disparo de primeras raso de Gámez en un balón largo que se fue fuera por poco inquietó al madrileño en el primer cuarto de hora de la segunda mitad. En el otro área, el Betis seguía perdonando. Baptistao disfrutó de la ocasión más clara hasta entonces para aumentar la ventaja en una buena acción de Juan Carlos, pero el disparo del brasileño ante Caballero ni siquiera cogió portería.

El Málaga cada vez iba ganando más terreno, aunque sin claridad arriba. Estuvo torpe Rescaldani interviniendo en una jugada en la que un compañero estaba en posición correcta para encarar a Adán, pero intentó intervenir y la invalidó. Por fin Calderón dio aire al equipo dando entrada a Nono por Molina para reforzar a Juanfran en banda derecha y sacando a Vadillo por Baptistao. Y fue entonces cuando el Betis, que tanto había perdonado, cayó víctima de su defensa. Amrabat superó con facilidad a Chica en la carrera y sirvió para que Juanmi se la cruzara sin oposición a Adán e hiciera el empate. El Betis iba a tener al alcance el segundo tanto nada más sacar de centro, pero esta vez Caballero sí respondió a su fama y sacó un remate a bocajarro de N'Diaye con el pie cuando la pelota ya parecía dentro. En plena ruleta rusa, Santa Cruz erró casi en línea de gol tras una gran jugada de Juanmi. Pero Darder no iba a perdonar en el 87 las facilidades dadas por el Betis para hacer el segundo. Y cuando todo estaba perdido, Camacho placó a N'Diaye en una falta colgada al área y Mateu Lahoz pitó penalti. El fallo de Nono en el Euroderbi pasaba por la cabeza de todo bético y Rubén Castro hizo realidad la pesadilla-dejá vú estrellando la pelota en la escuadra para casi certificar el descenso bético. A ocho puntos, con el Barcelona y el Sevilla en el horizonte, el milagro se torna más milagro que nunca. Y la realidad más realidad.

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