Sevilla | atlético · Frente a Frente1 Faltas recibidas 31 Faltas cometidas 11 remates 22 fueras de juego 2

Dos minutos de canchero

  • Agüero acabó siendo el protagonista principal del duelo de artilleros en el Ramón Sánchez-Pizjuán · Su gol, seguido de la expulsión de Maresca, finiquitó el duelo

Agüero tiene algo que hace caros a los futbolistas: su instinto para matar en los momentos clave. Quizás el precio que pagó por él el Atlético de Madrid al Independiente de Avellaneda, 23 millones de euros, sea excesivo. Pero así está la inflación en el fútbol y lo que se trata de analizar es lo meramente deportivo, más allá de que ese desembolso haya sido el más caro en la historia del club rojiblanco. Por menos de la mitad de eso, 11 millones, el agente de Luis Fabiano quiere colocar a su apoderado en Italia y allá que fue para escuchar ofertas. Por lo que se vio ayer, ese precio es caro, puesto que el paulista apenas apareció en un partido casi decisivo. Aun así, sigue ostentando el liderato de los goleadores. Pero ayer ganó el duelo un menudo canchero que se llevó todos los puntos en juego en apenas dos minutos. Ya no vale mirar el goal-average.

Se trataba de un auténtico duelo de artilleros. De un lado, el Pichichi actual de la Liga, con 22 tantos, y Kanoute, con 10. Y de otro, Forlán y Agüero, 13 y 13 respectivamente, tras el que marcó ayer el argentino. Luis Fabiano lleva casi los mismos que la suma de la pareja atacante del Atlético en la temporada de su eclosión europea. Los cantos de sirena que escucha el futbolista de Campinas no fueron óbice para que fuera el delantero sevillista que más lo intentó. Pero estuvo aislado en la punta del ataque y tuvo que trabajar mucho para intentar hacerse con alguna pelota ante las constantes imprecisiones.

Si Luis Fabiano no ha explotado hasta ahora en Europa, Agüero ha necesitado menos tiempo. Al igual que en el encuentro en el Vicente Calderón, volvió a marcarle al Sevilla. Y lo hizo de un modo parecido, apareciendo a la espalda de la defensa para rematar al primer toque. En Madrid fue de cabeza y en esta ocasión marcó con su pie derecho. Cuando menos se esperaba, apareció como de la nada, sorprendiendo a Daniel, al que se anticipó entrando desde el vértice izquierdo del área, y golpeando a la red el excelente centro de Antonio López.

Mosquera, inocente

El 1-2 llegó en el minuto 57. Hasta ese momento, Mosquera logró frenarlo con su velocidad y su capacidad para aguantarle sus fintas y amagos, con anticipación, sin miedo a un jugador que ya ha sorprendido con grandes goles en otros partidos clave como el de San Mamés o los dos que hizo al Barcelona. Tampoco puede decirse que fuera culpable el colombiano del gol del argentino, pues la zona por la que entró era responsabilidad de Daniel.

Luego del 1-2 definitivo, apenas dos minutos después, Agüero apuntilló definitivamente al Sevilla gracias a la falta que hizo a Maresca y a recriminarle que siguiera jugando con Perea en el suelo -antes, el Sevilla echó el balón fuera con Pernía caído y el Atlético no hizo lo propio cuando el afectado fue Kanoute-. El italiano cayó en la trampa y soltó un cabezazo en pleno rostro del argentino. La expulsión, justísima y absurda, terminó de decantar la victoria. El menudo canchero que llegó del Rojo de Avellaneda se había salido con la suya. Como el que no quiere la cosa.

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